El sueño americano
Desde siempre se ha escuchado que quienes viajan a los Estados Unidos con el ánimo de quedarse, lo hacen buscando el tan anhelado “sueño americano”; de hecho, muchos lo han logrado conseguir, ya que en la gran potencia de norte América existe la oportunidad laboral y de vida que aquí les es esquiva. No obstante, vivir de manera legal en USA es todo un desafío, por eso, la ilegalidad es la única opción viable para quienes desean ingresar a toda costa.
En contraste, la actual situación económica en Latinoamérica ha creado un fenómeno de migración que ha llevado a miles de familias a tomar la decisión de irse a buscar suerte a Estados Unidos, cruzando la frontera por México, exponiéndose a toda clase de peligros.
Pero ahora la situación se tornó más compleja, porque si antes lograban entrar a USA, en virtud de lo establecido en el Titulo 42, se les permitía, mediante ciertas condiciones, permanecer allí mientras se definía su situación migratoria. Sin embargo, el Titulo 42 llegó a su fin el 11 de mayo, dándole paso y entrada en vigencia al Título 8, el cual es más severo y establece que quienes ingresen de forma ilegal a Estados Unidos pueden ser arrestados y procesados para una deportación rápida.
Esa es la razón por la que casi de inmediato, están llegando de nuevo a Colombia aviones llenos de personas que fueron capturadas tratando de ingresar de manera irregular a Estados Unidos, familias enteras que perdieron la ilusión de un mejor futuro y a las que el “sueño americano” se les convirtió en toda una pesadilla.
Toda vez que, no se trata solo de la deportación, sino de las cosas que han tenido que soportar mientras se encuentran bajo la custodia de las autoridades migratorias de los USA; pues según los testimonios de los deportados, son esposados de pies y manos, recluidos en salones sin opción de comida, dormida o de un baño, algo denigrante que constituye una flagrante violación a los derechos humanos.
Por lo tanto, es urgente que desde nuestra embajada en los Estados Unidos, se reclame por el tratamiento a nuestros compatriotas, que también se le exija a la Organización de Naciones Unidas, un pronunciamiento rápido y vehemente de protección de las personas que están siendo maltratadas y desde luego le corresponde al Gobierno Nacional condolerse de la posición en la que están miles de familias colombianas, desarrollando una política de generación de empleo que les devuelva la esperanza de que salir adelante en su país sí es posible.