Jóvenes con ideas, ciudad con oportunidades: un puente posible

En Ibagué y el Tolima, miles de jóvenes sueñan con emprender, innovar y dejar huella. Sus ideas emergen con fuerza desde los barrios, las universidades, los grupos culturales y las redes sociales. Cada uno con una chispa distinta. Sin embargo, muchos de ellos todavía buscan caminos más claros para convertir esas ideas en proyectos sostenibles, acompañados y valorados. La ciudad, por su parte, avanza en la creación de programas y espacios. ¿Cómo unir mejor estas dos fuerzas?
El emprendimiento juvenil tiene el potencial de convertirse en un eje clave para el desarrollo económico, social y cultural de nuestra región. Y si bien existen múltiples esfuerzos institucionales y comunitarios para fortalecerlo, aún hay oportunidades para conectar más y mejor los sueños de los jóvenes con los recursos, metodologías y apoyos que pueden ayudarlos a avanzar.
De acuerdo con el DANE, al cierre de 2023, Ibagué registró una tasa de desempleo juvenil del 20,7 %, lo que pone sobre la mesa el valor de impulsar opciones distintas, como el emprendimiento, que permitan a los jóvenes crear sus propios caminos. Al mismo tiempo, informes académicos y sociales muestran que la intención de emprender entre los jóvenes ibaguereños y tolimenses ha venido creciendo, en especial en sectores como la tecnología, la gastronomía, la economía creativa y los negocios con impacto social.
La ciudad cuenta con programas, convocatorias y escenarios que buscan fomentar estas iniciativas. Sin embargo, algunos jóvenes expresan que a veces no se sienten del todo incluidos o preparados para participar. Esto puede deberse a diversos factores: desde el desconocimiento de los procesos, hasta la falta de experiencia o confianza para presentar sus proyectos. También influye la necesidad de contar con una orientación más cercana y continua, que los acompañe más allá de una sola actividad o evento.
Desde el otro lado, muchas entidades trabajan con compromiso para fortalecer estos procesos, pero se enfrentan al reto de adaptar sus metodologías a las nuevas formas de pensar y actuar de las juventudes actuales. Esto incluye integrar más herramientas digitales, comunicación clara, enfoque en impacto social y espacios para experimentar sin miedo al error.
La buena noticia es que ambos lados –emprendedores jóvenes y programas de apoyo– tienen mucho que ofrecerse mutuamente. Lo que hace falta es construir puentes más sólidos, tender canales de comunicación efectivos, y fortalecer una cultura que valore el emprendimiento como una forma válida de crecer, aprender y aportar al territorio.
Nuestra región tiene el talento, la energía y las ideas. También tiene instituciones, profesionales y escenarios que quieren aportar. Lo que necesitamos es seguir trabajando juntos, con empatía y visión, para que más jóvenes vean en el emprendimiento una posibilidad real y acompañada.
¿Qué podemos hacer, desde cada rol, para que los sueños emprendedores de nuestros jóvenes encuentren caminos más claros, humanos y sostenibles en Ibagué y el Tolima?