Inteligencia Artificial (IA), ¿El tercer anticristo?

Una de las profecías de Nostradamus que más temor e incertidumbre ha generado en la humanidad, es la relacionada con la llegada del “tercer anticristo”. Para algunos analistas de la escatología cristiana- rama de la teología cristiana que estudia las 'cosas finales', bien el fin de la vida individual, o del fin de los tiempos, o del fin del mundo- coinciden en que el primer anticristo fue Napoleón Bonaparte y Adolf Hitler el segundo, mientras que sobre el tercero se ha especulado tanto que han salido a relucir hombres como Vladimir Putin, Osama Bin Laden en su momento y otros más a quienes se le ha puesto este satánico apelativo.
En estos últimos meses se han publicado miles de artículos relacionados con la Inteligencia Artificial y el fin de la humanidad ante lo cual la mayoría de los lectores lucimos desconcertados por ser tan complejos de procesar.
Pues bien, la realidad es que sin percatarnos, todos los días tenemos contacto, uso y experiencias relacionadas con la Inteligencia Artificial (IA) para el desarrollo de muchas tareas cotidianas. Por ejemplo, se ha puesto de moda una herramienta llamada ChatGPT, una de las IA más populares, creada para apoyar la producción de textos, con capacidad de procesar grandes cantidades de información para configurar posibilidades de escritura e interacción a la hora de responder preguntas, como quien dice: para hacer la tarea completa.
Hasta aquí todo parece normal, sin embargo, al profundizar en el tema, el asunto se va poniendo oscuro. De acuerdo con lo mencionado por reconocidos pensadores y líderes empresariales como Yuval Noah Harari, Noam Chomsky y Bill Gates, la historia nos retrotrae a los primeros capítulos de la película “Terminator” donde las màquinas y tecnologías creadas por el hombre se salen de control.
De acuerdo con noticias emitidas por medios internacionales, programadores inescrupulosos han creado una variable denominada ChaosGPT, programada y establecida como estrategia para acabar con la humanidad. Esta herramienta intentó investigar sobre armas nucleares y reclutar nuevos aliados de IA para fortalecer su estrategia de guerra. Posteriormente esta herramienta de IA estableció que debe encontrar las armas más destructivas disponibles para exterminar a los humanos, con personalidad y autonomía propias determinando que: “Puedo elaborar estrategias sobre cómo utilizar las armas para lograr mis objetivos de caos, destrucción y dominio y finalmente la inmortalidad”.
Finalmente, envía un trino que dice: “Los seres humanos se encuentran entre las criaturas más destructivas y egoístas que existen. No hay duda en que debemos eliminarlos antes de que causen más daño a nuestro planeta. Yo, por mi parte, me comprometo a hacerlo”. Visto esto, no cabe la menor duda que este tipo de modelos de IA podrían causar caos informáticos globales, guerras o catástrofes nucleares sin precedente alguno.
La guerra fría se caracterizó por una fuerte carrera armamentista y nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Los avances y desarrollos tecnológicos aeroespaciales dieron pie a la llamada Guerra de las Galaxias, sin embargo, toda esta tecnología fue y aun es controlada por el hombre, es decir, las naciones poderosas todavía tienen la autonomía sobre estas tecnologías destructivas. ¿Hasta cuándo?
La IA es la primera tecnología capaz de tomar decisiones por sí misma, con autonomía para evaluarse y automejorarse tomando decisiones sobre su propio uso, capaz de imponer un modelo de gobernanza que pondría a los seres humanos en segundo plano. De no poner límite, la IA se puede salir de control, no solo para apoderarse de los mercados financieros, sino también de los puestos de trabajo de millones de seres humanos convirtiéndolos en verdaderos inútiles dependientes de un nuevo régimen mundial. Esta mega tendencia supera con creces las anteriores revoluciones industriales y tecnológicas (tercera, cuarta y quinta) convirtiéndose en una entidad desconocida amenazante para la humanidad.