Ibagué con mirada global: ¿y si empezamos a pensar como ciudad internacional?

Hoy, las ciudades que avanzan son aquellas que aprenden a pensarse globalmente, a conectarse con otras, a intercambiar conocimiento y a mostrar al mundo lo que son capaces de hacer. Ibagué, con toda su riqueza cultural, su potencial emprendedor y su ubicación estratégica, no puede quedarse por fuera de esa conversación.
La proyección internacional de una ciudad no es solo asunto de diplomacia o de grandes inversiones. También es una manera de abrirle oportunidades a sus ciudadanos, de mostrar su capacidad para innovar, atraer alianzas, formar redes y fortalecer su identidad desde lo que la hace única. Una ciudad que se conecta con el mundo se transforma desde adentro.
Actualmente, más de 300 ciudades intermedias en América Latina cuentan con estrategias activas de cooperación internacional, muchas de ellas con poblaciones similares a Ibagué. Ciudades como Manizales, Bucaramanga y Pereira han aprovechado alianzas internacionales para atraer recursos, impulsar programas de innovación educativa, promover el turismo sostenible o conectar sus emprendimientos con mercados globales.
¿Y qué pasa en Ibagué? Nuestra ciudad ya cuenta con fortalezas que pueden ser posicionadas a nivel internacional:
Una tradición musical reconocida, que nos ha dado el nombre de “Capital Musical de Colombia”, un sello cultural con alto valor.
Una oferta educativa en crecimiento, con instituciones universitarias que cada vez más forman talento regional.
Un ecosistema empresarial que, aunque en construcción, cuenta con más de 6.300 nuevas empresas creadas solo en 2023, de las cuales más del 40 % fueron lideradas por mujeres, según cifras de la Cámara de Comercio de Ibagué.
A esto se suma el potencial turístico, ambiental y gastronómico que muchos visitantes valoran, pero que aún no aprovechamos a fondo con visión de largo plazo. La proyección internacional no se trata solo de viajar o firmar convenios. Es una apuesta que debe estar integrada a una estrategia de desarrollo local, con metas claras: fortalecer capacidades internas, hacer visibles nuestras buenas prácticas, atraer aliados estratégicos y generar oportunidades para nuestros empresarios, artistas, estudiantes y líderes sociales.
El reto para Ibagué está en asumir esta mirada internacional sin perder su esencia. Pensarse como ciudad global no es imitar modelos ajenos, sino conectar lo mejor de nosotros con el mundo, con orgullo, pero también con preparación. Eso implica hablar otros lenguajes: el de la sostenibilidad, la innovación social, la digitalización, el turismo inteligente, la educación con impacto, el comercio consciente y el liderazgo colaborativo.
Las universidades, las cámaras de comercio, las organizaciones sociales, los emprendedores y cada ciudadano pueden jugar un papel en este nuevo capítulo. Porque una ciudad que se relaciona con el mundo también aprende de él, se inspira, se fortalece y se proyecta con más fuerza hacia el futuro.
¿Estamos listos para que Ibagué deje de mirar solo hacia adentro y empiece a mostrarse con confianza ante el mundo, desde lo que somos, lo que sabemos y lo que queremos construir juntos?