Conciliemos un monumento
A veces, o mejor, muchas veces los grandes problemas entre el gobierno y la población pasan por falta de diálogo – que ya lo sabemos- pero también la falta de imaginación, causa cortos circuitos que terminan muy mal.
Por ejemplo, el lío que se armó por el retito del busto alusivo al líder indígena Quintín Lame Chantre, hace un par de días, que ha generado una avalancha de críticas al secretario de Gobierno, quien asumió la toma de esa decisión, por demás con falta de imaginación, para dar solución a un problema, que no debe ser problema.
Sin emitir juicios de valor, creo que aquí lo importante es conciliar, llegar a acuerdos, darnos la mano y concertar la ubicación de un busto que represente nuestra raza, nuestra libertad y nuestros derechos. Que nos sintamos orgullosos de un monumento que también visualmente decoré ese punto de la ciudad y que propios y extraños puedan retratarla como un lugar referente de Ibagué.
Si en mis manos estuviera la toma de tal decisión, yo me reuniría con el grupo de jóvenes que están interesados en ubicar un símbolo en ese punto, historiadores y artistas plásticos para concretar cual personaje de nuestra historia debe ser recordado. Cumplido esto, que seguro no será fácil, pero tampoco imposible, llamaría a la ciudadanía en general para hacer una gigantesca recolección de llaves y elementos que se puedan fundir para dar forma a la gran obra que perdurará en la ciudad.
Con lo anterior se lograría una interesante y positiva reacción en cadena. Los jóvenes quedarían satisfechos y se sentirían escuchados y participes de las decisiones, los historiadores y artistas aportarían sus conocimientos, la comunidad en general se vincularía y sentiría como propio el monumento y la administración municipal, sería la garante y líder de un proceso de construcción colectiva de sociedad integrando a todos sus actores en un maravilloso ejemplo de unión y trabajo en equipo.
Una sencilla solución, a una situación que no debe convertirse en debate o problema. Jalémosle al dialogo, al entendimiento, a la empatía y al reconocimiento de la diferencia como punto de partida del camino rumbo al entendimiento.
Sé que la administración municipal tiene la voluntad para hacerlo. Desde esta tribuna, con toda la empatía, el llamado es a las autoridades competentes para que tiendan los puentes de diálogo y se inicie una interesante conversación para que entre todos pensemos y hagamos realidad la ubicación de un busto que no represente como ibaguereños, como una raza pujante, conciliadora y respetuosa, que a través del encuentro jovial construye para todos.
¡Conciliemos un monumento entre todos!