¡Basta ya de mentiras!
La convulsión social que no cesa en nuestro país y que con el paso de los días se exacerba más, tiene como combustible las mentiras que ante la comunidad internacional dice constantemente el presidente Iván Duque. Por ejemplo, en una auto entrevista y en inglés, ha machacado la verdad y narra situaciones que no existenten, oculta la férrea represión de su gobierno y describe una Colombia, que solo está en su minúscula visión y que refleja su desconexión con la cruda realidad que vivimos todos en un país que galopa sin control.
Apoyado en algunos medios de comunicación el Gobierno Nacional, utiliza un sinfín de estrategias comunicacionales para distraer a la opinión pública y desvirtuar lo que los valientes jóvenes reclaman en nombre de todos los colombianos. No los bajan de vándalos, terroristas, delincuentes e incitadores, cuando la realidad es otra y los enfrentamientos son perpetrados por pequeños reductos y por infiltraciones de Estado, para desestabilizar las marchas y convertirlas en campos de batallas que a su vez son el escenario ideal para justificar las terribles violaciones a los derechos humanos.
Por fortuna y para contrarrestar lo anterior el ojo de las redes sociales desnuda la realidad y narra con detalle lo que ocurre en las calles. Los videos e imágenes son pruebas fehacientes de la brutalidad policial y de los heridos y muertos que dejan estos enfrentamientos urbanos de un lado y del otro. Del 100% de las personas que de manera espontánea y libre salen a las calles, hay que reconocer que un pequeño 5% comete los desmanes. Se estima que grupos de extrema izquierda, delincuencia común y agentes infiltrados del Estado, son los responsables de las batallas campales.
Y pese a todo, la verdad sale a flote y el primer mandatario no puede ocultar el sol con un dedo, no puede manipular a la comunidad internacional. Duque, ha perdido, bueno si es que alguna vez la ha tenido, toda la credibilidad, su discurso de odio, de no conciliación de repudio por los manifestantes es el reflejo inequívoco de una política de extrema derecha, que no permite que se reclame lo justo y que reprime con fuerza, con violencia y con terror. Razón por lo cual grandes medios de comunicación como The Washintong Post, que la semana anterior publicó un detallado análisis de la evidencia de video en cuatro casos de muertes de manifestantes, en el cual incluyeron el homicidio del joven ibaguereño Santiago Murillo, demuestra que hay excesos y que el presidente Iván Duque, miente ante la barbarie, de la cual nunca se ha referido y ha ignorado a los jóvenes muertos y a sus familias.
Recuerdo como el presidente y su Gobierno, se rasgaban las vestiduras ante los desmanes en Venezuela, en los cuales la fuerza pública del vecino país aplastaba sin contemplaciones a los jóvenes que protestaban contra el régimen de Nicolás Maduro. Hoy nos pasa lo mismo, y no hay concierto, no hay despliegue de medios, no hay campañas, lo único que hay es silencio cómplice y mano extremadamente negra y dura contra quienes solamente reclaman lo justo en un país sin justicia social.