Ibagué, Capital Musical de Colombia
Este título con el cuál es reconocida en el mundo nuestra ciudad, va más allá de grandes escenarios, de auto denominaciones o de comparaciones y competencias inútiles y hasta ridículas. Nuestra identidad musical y cultural se ratifica con la fuerza de nuestra identidad, y la historia lo narra con la sutileza del reconocimiento justo a una ciudad que por siglos acuna a la música como uno de sus valores más importantes e imprescriptibles.
Cuenta esa innegable historia que Ibagué fue visitada en el año 1866 por un explorador de origen francés conocido como el Conde de Gabriac, quien también recorrió la Nueva Granada, Ecuador, Perú y Brasil, y durante su travesía logró llegar a Ibagué. En su recorrido, el Conde consignó todas sus emociones en un libro titulado “Viaje a través de América del Sur” y al llegar a Ibagué, se dice que quedó tan impresionado al escuchar las serenatas nocturnas, que escribió en su libro: “En Ibagué les encanta la música”.
Otro hecho que nos erige como ciudad musical fue la fundación del Conservatorio del Tolima, en 1906 y que indiscutiblemente ha sido una de las instituciones musicales más importantes del país. Además, y no menor, es el Bachillerato musical, el cual, desde su creación mediante la resolución N°. 177 del 28 de enero de 1960 fue único en América Latina y se constituyó en el programa que vio nacer grandes músicos que posteriormente pasaron a integrar las orquestas sinfónicas y filarmónicas en el país y en el exterior.
Luego de este pequeño vistazo al pasado y con la realización de eventos musicales de importancia nacional e internacional como el Festival Folclórico Colombiano, el Festival Nacional de la Música Colombiana, el Festival de duetos Príncipes de la Canción, el concurso de composición Leonor Buenaventura, el concurso Cantalicio Rojas, Ibagué ciudad Rock, entre otros, es necio discutir sí Ibagué es o no la ciudad musical de Colombia.
Hay que aceptar que por muchos años el tema cultural y especialmente la música no se ha tenido en cuenta y han quedado en renglones de poca importancia para los gobernantes de turno. En 2010 Ibagué fue reconocida y a través de Ministerio de Cultura, se registró la marca Capital Musical, hecho que refrescó nuestro título y permitió mejorar el apoyo al sector. Infortunadamente por las diferencias políticas de quienes se sientan en el palacio amarillo, el tema se enfrió a tal punto que la crisis en el sector musical ha sido evidente y preocupante por demás. Inversión, escenarios, apoyo, formación y proyección son algunos de los aspectos que se quedaron varados en el tiempo.
Sin embrago, y a pesar del atraso, el presente dicta otro camino y se avizora el pago de esa deuda histórica que se ha tenido con la cultura y la música. Como pocas veces ocurre los gobiernos departamental y municipal han aunado esfuerzos para rescatar nuestra identidad musical y han puesto en marcha políticas culturales de alto impacto a mediano y largo plazo. La apuesta cultural es una de las más importantes, así como se ha hecho con el deporte, que por décadas han sido los sectores más olvidados y poco apoyados, pero que irónicamente son los que nos han dado mayores alegrías y orgullo.
El reto es grande, y como ciudadanos esperamos que nuestros gobernantes no sean inferiores a ello y continúen trabajando como lo vienen haciendo, de la mano y con la voluntad de llevar a lo más alto nuestro valores autóctonos e inmateriales que finalmente son los que nos forjan la identidad y nos hacen orgullosos de ser ibaguereños y tolimenses.