Gobernar en cuerpo ajeno

Para el gobernador Ricardo Orozco, el alcalde Andrés Fabián Hurtado y la Directora de Cortolima, Olga Lucia Alfonso, está resultando complicado gobernar. Sus facultades están bien plasmadas en el papel, pero en la realidad, sólo siguen las directrices del exgobernador Oscar Barreto, como el máximo jefe y magnánimo líder, que les permitió acceder a tan honrosas dignidades.
Pareciera que el exgobernador, despachara dos días en el escritorio de Orozco, dos en el de Hurtado y dos en el de Alfonso. Es quien autoriza cómo y a quién se le dan los contratos, da órdenes a que reunión puede ir uno u otro. Como quien dice tanto Orozco como Hurtado, saldrán de las administraciones, tal y como llegaron, sin un solo voto, porque a nadie le deberán un favor. Todos siguen intactos en cabeza del exgobernador Barreto.
Pero no se está diciendo nada nuevo, eso lo saben los funcionarios, los contratistas, los visitantes a los diferentes despachos y la prensa, que asiste feliz a los homenajes que les ofrecen las administraciones seccional y local, con un plato de comida y uno que otro regalito. Es una lástima que estas cosas estén ocurriendo en pleno siglo xxi. Nos devolvimos 40 años al estilo de los caciques y gamonales, donde nada se movía sin su autorización.
Las entidades en el departamento y la ciudad, dan albergue a los familiares y amigos cercanos del exmandatario, teniéndolos bien acomodados en altos cargos y con jugosos contratos. La base que espere, para ellos aún no hay nada.
Lo que más preocupa de toda esta situación; es que la ventaja en pensamiento estratégico (para no decir maquiavélico que suena fuerte), motivación al logro y capacidad gerencial, la exhibe con creces el exgobernador Barreto. Imponerse y sobresalir sobre sus pupilos es muy fácil, porque ellos no estaban preparados para el cargo. Eso frecuentemente ocurre, con la diferencia que quien llega con independencia, sobre la marcha va aprendiendo. Aquí ni Orozco, ni Hurtado aprenderán, porque tienen un supremo jefe que piensa y toma decisiones por ellos. ¿Hasta cuándo aguantará esta situación, que está siendo aprobada por todos los que la ven, la viven y la sienten?
Se sabe del temperamento amablemente arrogante y sobrio del exgobernador Barreto, que en los últimos años ha sufrido un cambio extraño, alimentado por los áulicos que lo rodean y le hacen creer que como el no hay dos, en muchos se nota una lamboneria extrema, queriendo obtener de él los mayores beneficios. Dios nos libre de esas personas que se dedican a la alabanza de un ser humano común y corriente, todo porque alcanza las mieles del poder.
Aunque estamos a dos años de las elecciones legislativas, en el ambiente ya se percibe aroma de precampaña y por lo tanto todas las acciones van encaminadas a ese objetivo, ahí es determinante la competencia de la motivación al logro, bien puesta en Barreto.
A estas alturas pedir independencia es imposible. Esperar que estos cuatro años, las administraciones de Orozco y Hurtado desempeñadas en cuerpo ajeno, alcancen para el departamento y su capital, las ejecutorias acordes a las prioridades y que los escándalos de corrupción no los ronde y los líos judiciales no interrumpan las buenas intenciones.
Triste que el periodismo investigativo esté en vía de extinción, porque a la hora de enfrentar temas tan sensibles de progreso y desarrollo, se enfrasquen en temas livianos y de menor trascendencia. ¿Cuarto poder? Sí, pero cuando se hace del lado de la comunidad y defiende sus intereses. Con este tipo de mandatarios, la prensa gobiernista pierde el foco de lo vital y se concentra en lo trivial. Dura realidad.