No a la patente de la panela

El sector agrícola de nuestro país ha venido sorteando múltiples tropiezos a lo largo de la historia; por ejemplo, nuestros campesinos, fueron desplazados y despojados de sus tierras a casusa de la violencia de los grupos armados ilegales; además, sufren por no tener en óptimas condiciones las vías que les permiten transportar sus productos y ser comercializados; y la falta de apoyo estatal para capacitarlos en nuevas técnicas de siembra y producción, basados en ciencia, tecnología e innovación.
Todo lo anterior, es una generalidad latente en el agro colombiano, no obstante, hoy se vive un ambiente de incertidumbre en el sector panelero específicamente, puesto que se enfrenta a la posibilidad de una patente que afectaría a los productores y empeoraría la situación de un gremio que trabaja bajo pérdidas y ante un panorama de atraso tecnológico enorme.
Una patente es un conjunto de derechos exclusivos concedidos por un Estado al inventor de un nuevo producto o tecnología, susceptibles de ser explotados comercialmente por un período limitado de tiempo, a cambio de la divulgación de la invención. Actualmente, cursa en la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), una solicitud de patente de una forma de producción de panela, hecha por un accionista de la azucarera Riopaila.
Si la superintendencia decide entregar la patente, haría un daño irreparable a 350.000 familias de productores que hacen presencia en 511 municipios de 28 departamentos incluido el Tolima, porque ya no podrían hacer la panela de la forma tradicional y tendrían que subordinarse a quien sería el dueño de la “formula”, como se diría coloquialmente, lo que constituiría un evidente monopolio que también afectaría a los consumidores.
Según cifras de la secretaría de Desarrollo Agropecuario del Tolima, en el departamento se siembran 15.330 hectáreas de caña panelera que producen 65.776 toneladas de panela desde 5.590 unidades productivas, que representan el 4,6% del mercado panelero del país. En su gran mayoría, los productores son campesinos humildes, que heredaron trapiches y la tradición de hacer panela para su sustento y el de sus familias.
Entonces, a pesar que el trámite de la patente puede tardar unos 18 meses más, desde ya debe hacerse causa común en defensa del sector panelero tolimense. Por lo tanto, hago un llamado a nuestros representantes y senadores, gobernación del Tolima, gremios económicos y demás instituciones a sentar su voz de protesta, pues no se puede permitir que una decisión administrativa rompa años de costumbre, usanza y legado panelero.