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De hacer política sin información

Lo más preocupante y vergonzoso de la situación que estamos viviendo es el retraso en la información. Por: Alejandra Guerrero Fajardo.
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Javier Pérez / Ecos del Combeima
6 Abr 2020 - 1:50 COT por Ecos del Combeima

Lo más preocupante y vergonzoso de la situación que estamos viviendo es el retraso en la información. La confirmación de la primera muerte por coronavirus en Colombia se produjo seis días después de que sucedió. Son seis días en los que todas las personas que tuvieron contacto con el pudieron ser fuente de contagio. Pero no hubo control porque se desconocía la información, el ministerio de salud sin sonrojarse acepta que estamos teniendo retrasos de días en el panorama de la situación. Como vamos a hacerle un cerco a la enfermedad y evitar una catástrofe económica si no sabemos quién la tiene. Toda política y esfuerzo debe desarrollarse en información que desconocemos y debemos saber, nuestro subdesarrollo empieza en no conocer nuestros derechos y por ende no exigirlos.

La prontitud con las que tomamos las medidas de aislamiento preventivo se ven opacadas a diario por la desinformación. Nunca en la historia el mundo habíamos estado tan conectados, pero al mismo tiempo tan desinformados.  Peor aún los gobiernos insisten en esconder las cifras exactas de los contagiados y de los fallecidos, cada país tiene una manera de contabilizar diferente y no solo están mal si no que profundizan la falta de información muchas personas simplemente no se les hace un diagnóstico. Esto en muchos países, incluyendo Colombia, simplemente sucede porque no hay los medios para hacer el diagnostico. Aquí viene un gran interrogante, donde está la rama legislativa colombiana –léase congresistas y senadores-, una de sus funciones es ejercer el control político del gobierno y su administración. Ante la incompetencia del gobierno y sus ministerios, ellos deberían estar exigiendo prontitud en la información, mayor número de pruebas a la población para así poder legislar. Es parte de su trabajo y me permito recordarles que por este les pagamos 40 salarios mínimos legales vigentes mensuales.

Las imágenes internacionales no mienten, esta es una enfermedad sumamente contagiosa. En la que ningún rango de edad está a salvo de una complicación y en las que los países que han tomado medidas basadas en información veraz son los que por el momento han logrado proteger mejor su economía. Una enfermedad en la cual en los países que han primado intereses económicos se han visto doblemente castigados, primero porque trabajan a medias por un tiempo y después se ven obligados a decretar cuarentena total con el agravante de miles de muertos y una enfermedad que parece no ceder.

Después del 13 de abril necesitamos distanciarnos socialmente para no terminar de colapsar los centros médicos y quintuplicar la tasa de mortalidad. Estamos ante un desafío social, de cuidarnos y desarrollar una economía de bienestar. Esta economía que en esta crisis podemos afirmar con total entereza que son menos de la docena los países que hacen parte de esta elite, Alemania, Corea del Sur, Israel, Suecia… países en los cuales no hay necesidad de apagar la economía para hacerle frente a la situación. En los que, como dato curioso, los índices de corrupción son bajos, existe una salud pública y los índices de desigualdad son bajos. ¿Alguno de ustedes queridos lectores piensan que Colombia cumple al menos una de estas características?

Tomar la decisión de una cuarentena en un país en el que la mayoría de la población vive del día a día, con uno de los mayores índices de desigualdad y mayores índices de corrupción se debió a la presión social y no a la labor de nuestra rama ejecutiva y legislativa. Sin embargo, sabemos que el 60% de la población que vive debajo de la línea de la pobreza, y que este porcentaje podría aumentar si caemos en recesión. Extender la cuarentena para la economía es insostenible sin ayuda de nosotros como contribuyentes tributarios. Estoy sugiriendo que si queremos lograr salir de esta situación como una sociedad más fuerte tenemos que exigirle al gobierno claridad y veracidad en las cifras. Mientras tanto solo tenemos hipótesis y pánico social. El ministerio de salud debería empezar por mantener las cifras de enfermos, recuperados y fallecidos actualizado minuto a minuto. Solo cuando tengamos un panorama real de la situación podemos empezar a hacer políticas sociales que vayan destinadas a una economía del bienestar.

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