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Proyectos estratégicos en Ibagué y el Tolima. ¿Mentiras políticas, utopía o realidad?

A pesar de las enormes problemáticas fiscales que afrontan el departamento y los municipios, en especial Ibagué, ya se avizora un abanico de propuestas y promesas.
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16 Ene 2023 - 6:51 COT por Ecos del Combeima

El 2023, como cada año electoral, trae las respectivas promesas que cada candidato presentará en su programa de gobierno, pretendiendo aumentar la favorabilidad y por ende conseguir votos, estas dinámicas políticas se presentan en todo el país. No son la excepción el departamento del Tolima y los 47 municipios, a medida que se acerca la hora cero las promesas de campaña van saliendo a relucir.

A pesar de las enormes problemáticas fiscales que afrontan el departamento y los municipios, en especial Ibagué, ya se avizora un abanico de propuestas y promesas con mucho sentido, pero también salen a relucir imposibles, lo que se convierte en pura y fina coquetería para endulzar oídos.

Existen proyectos estratégicos de dimensión nacional que han avanzado con enormes tropiezos y total lentitud a falta de voluntad política desde el gobierno nacional, como es el caso del Triángulo del Tolima, el desarrollo del corredor férreo Neiva – Ibagué – Dorada – Chiriguana y la navegabilidad del rio Magdalena, entre otros.  

En el orden regional – departamental también han existido iniciativas, propuestas y promesas, unas cumplidas, otras sin cumplir: El proceso de gratuidad educativa, el mantenimiento o pavimentación de vías secundarias, la compra de maquinaria amarilla y el mejoramiento de la red de salud y el hospital Federico Lleras, son temas cumplidos en gran medida. El mejoramiento y/o pavimentación de la red vial terciaria departamental, la construcción del centro de desarrollo tecnológico agroindustrial del Tolima y el desarrollo de condiciones e infraestructura turística para fortalecer los servicios en la represa de Prado, son algunos de los temas que no se han podido concretar, especialmente por aspectos financieros.    

El tema de Ibagué merece un análisis más detallado y crítico, promesas sin cumplir, proyectos verdaderamente estratégicos a paso de tortuga.  La tan necesaria Zona Franca de Ibagué, la central de abastos, la avenida 13, Los puentes o deprimidos en la Calle 60, la pavimentación de Ibagué, el centro de eventos multipropósito, la construcción del cable aéreo (Musicable), la dotación tecnológica o reubicación del aeropuerto Perales y la terminación del acueducto complementario, son apenas algunas de las iniciativas o promesas que tanto anhelamos los ibaguereños en pro del desarrollo socioeconómico del territorio.

De acuerdo con la realidad económica de las entidades territoriales, muchos proyectos estratégicos son inviables financieramente, por lo que muy seguramente una vez sean elegidos los nuevos gobernantes, estarán enfocando sus esfuerzos en otras prioridades, pero no en las que realmente necesitan la ciudad y el departamento, o estarán haciendo temas muy diferentes a las que se comprometieron en campaña para obtener la victoria.

Quizá algunos de estos proyectos estratégicos se han convertido por más de 15 años en la plataforma política de los aspirantes de turno, sin que pase nada. Ojalá podamos ver el desarrollo de Infraestructuras Logísticas Especializadas, especialmente la famosa Zona Franca, ya en implementación el sistema estratégico de transporte público SETP, al menos la carrera 13 como vía de descongestión del tráfico de la colapsada Ibagué, el cable aéreo como motor turístico y de conectividad, el aeropuerto Perales en la real dinámica que requiere Ibagué en cuanto a carga y pasajeros, el triángulo del Tolima en fase de ejecución final, el imprescindible acueducto complementario para que al fin se supla las necesidades del preciado líquido, especialmente en las comunas 7, 8 y 9 de Ibagué, más aun siendo la zona de mayor desarrollo urbanístico de la ciudad.

Esperemos no ser víctimas de ilusiones ni falsas promesas, la retórica política debe ser cosa del pasado. Se buscan gobernantes comprometidos, responsables y serios respecto de las promesas establecidas en los programas de gobierno. No más esa retórica engañosa que alimenta la utopía y amenaza la realidad, “necesitamos verbo, no sustantivo”.

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