Cierto: Petro en 20 días hizo lo que no haría Duque
La Reforma Tributaria presentada por el Gobierno un día después de su posesión genera un ambiente de desconfianza y temor por las arbitrariedades y las múltiples medidas antitécnicas que se proponen. Queda para los sectores económicos más impactados el sinsabor de estar en manos de un Gobierno que, de forma inconsulta modifica las condiciones de tributación que ha tenido en cuenta para las proyecciones financieras de las inversiones realizadas.
En particular, el proyecto de ley permite ver un Gobierno que desconoce que a pesar de que el país no es una potencia en materia petrolera, sí depende en gran medida de la prosperidad del sector de hidrocarburos para la financiación del Presupuesto General de la Nación. Y aunque una de las banderas más populares de la campaña era la necesidad de que Colombia se enfoque en la transición energética, para abandonar el carbón y el petróleo como principales fuentes de generación se requieren grandes inversiones que aún no se han hecho y que implican cerrarle el paso a la improvisación a la hora de establecer impuestos regresivos o medidas y limitaciones con fines extrafiscales tendentes a expulsar del país a las empresas que por muchos años han desarrollado estás industrias generando no solo empleo e inversión social, sino rentas importantes para la financiación del Presupuesto.
En cuanto a personas naturales los principales afectados son los trabajadores y los pensionados, aunque en general, como se explicará más adelante, recibir una renta extraordinaria se convertirá en casi que lujo imposible de pagar.
Por una parte, la eliminación de minoraciones estructurales y las limitaciones a las rentas exentas pueden llevar a que el impuesto a cargo de un empleado sea equivalente a cerca de 3 meses de sus ingresos laborales, lo cual a todas luces resulta desmotivante y exagerado en un país donde la educación y la salud de calidad deben ser asumidas por cada cual.
Asimismo, las personas naturales que reciban una ganancia ocasional pasarán de pagar el 10% a título de impuesto, para pagar hasta el 39% dependiendo del monto de la ganancia ocasional, lo que podría tener como efecto la proliferación de estrategias agresivas de planeación para el diferimiento de este tipo de ingresos, al tiempo que quitaría dinamismo a la economía.
Llama la atención la eliminación de un conjunto de incentivos para la producción cinematográfica, cuando la cultura, el arte y la educación hacían parte de la agenda del Gobierno. Como estos ejemplos, hay muchos en el texto del proyecto de ley, que indican que vale la pena que el Gobierno baje el tono de la reforma y llegue a acuerdos con algunos sectores.
Pareciera que a Gustavo Petro le urge tramitar todo aquello que prometió a sus electores y, mientras cumple algunas e incumple otras promesas como la de eliminar el 4 * 1000, lo cierto es que en el corto plazo tendremos una enorme afectación, pues no solamente asusta el texto de su reforma tributaria sino los nombramientos y decisiones que ha tomado en los últimos días. Puso a sonar a un político sin experiencia en el sector como presidente de Ecopetrol, se habría arrepentido ante la oleada de críticas y lo nombró alto consejero para las regiones, cargo que en campaña prometía eliminar; en la Dirección Nacional de Inteligencia y el Direccion Nacional de Protección, nombró dos ex guerrilleros del M-19. A todas luces nadie se sentirá seguro cuando la inteligencia de este país y la protección de los perseguidos, está en manos de quienes han empuñado armas y tienen un pasado criminal.
A las promesas incumplidas se le sumará la de garantizar que el Estado sea el empleador de última instancia cuando la persona desempleada no haya podido obtener un empleo en el sector privado; es improbable que pueda cumplirlo y de serlo sería insostenible, entre otras cosas, porque lejos de estimular la inversión, la creación y protección de las empresas, sus medidas pueden generar una fuga de capitales, desestimulando la inversión, impactando negativamente la generación de empleo y el crecimiento del PIB que por cierto, según expertos, se empieza a proyectar decreciendo, frenando así el desarrollo económico que nos dejó el ex presidente Iván Duque, quien posiciona a Colombia como la economía que más crece en Latinoamérica.
Una ministra de trabajo que expresa afinidad con ideas comunistas y con el régimen de venezolano, un ministro de educación que quiere adoctrinar a los niños de Colombia con el informe de la comisión de la verdad, informe sesgado y que omite la verdad de un considerable número de victimas, una ministra de minas que no tiene experiencia en el sector de profesión filósofa, unos nombramientos de embajadores con procesos penales en curso, contralor de bolsillo, contrario a lo que criticaba en campaña y unos congresistas puestos por él, que logran su curul a través de la lista cerrada, haciendo uso de las redes sociales y de una campaña exitosa de desprestigio al Gobierno y de generación de odio y resentimiento popular, congresistas que ya demuestran absoluta incompetencia e incapacidad para ostentar con profesionalismo tan importante dignidad.
Lo bueno de todo esto para sus electores, es que no entienden ni dimensionan el impacto que generarán todas estas decisiones, pero disfrutan, admiran y aplauden cada baile popular de la primera dama. Al final en eso se traduce, el pueblo es feliz viéndola bailar y con esto tienen para vivir sabroso.
¿Qué más puede salir más mal? Una sola cosa, que sean ciertos los rumores del estado de salud del presidente, ojalá no lo sean, pues en lo particular, a nadie se le desea la muerte, por el contrario, en lo que a mi respecta, le deseo sensatez y que obre desde el amor y no desde el odio y el resentimiento, que pueda terminar su mandato en 4 años como prometió y que bajo ninguna circunstancia llegue a faltar, pues no sería deseable ver a Francia como presidenta.