La falta de nivel en el debate político
Se ha vuelto una practica común, entre los candidatos a cámara de representantes y senado, y especialmente en aquellos que no cuentan con el favor popular, recurrir a expresiones o manifestaciones que de manera irresponsable salpican a sus contradictores políticos, con el propósito de sembrar un manto de duda con sus infundadas acusaciones.
Hace algunos días fueron noticia las declaraciones de la candidata a la cámara de representantes por el partido Liberal, Olga Beatriz Gonzales y del Candidato al Senado Ariel Avila, en donde afirmaban que : “Hay una impunidad y algún día tendrá que saberse la verdad para mirar los niveles de corrupción a los que ha llegado el departamento. Da lágrima ver como la Gobernación, la Alcaldía y demás entes dilapidan los recursos con una feria de contratos y dádivas en todos los municipios.
Si se tratara de un ejercicio serio, objetivo y no de una practica politiquera por ganar incautos en campaña, estos candidatos tendrían el deber moral y legal de denunciar ante la fiscalía General de la Nación o ante los órganos de control, los supuestos actos de corrupción de los que parecen estar muy seguros, porque de lo contrario, sí estarían incurriendo en una falta al deber previsto en la ley 906 de 2004 y que refiere: ARTÍCULO 67. DEBER DE DENUNCIAR. Toda persona debe denunciar a la autoridad los delitos de cuya comisión tenga conocimiento y que deban investigarse de oficio.
No es necesario hacer política hablando mal de los demás, pues eso denota pobreza en el discurso; basta con ejercer sus liderazgos políticos con ideas, argumentos, con menos retórica y mas acción, mostrando cuales son sus iniciativas y que tan capaces son de realizarlas. la gente espera mucho de este nuevo congreso, seria una decepción elegir candidatos que harán mas de lo mismo. ¿Entonces el tan proclamado y anhelado cambio para cuando?
Mi invitación es a que le den altura al debate, que lo hagan por contribuir a tener un mejor departamento y un mejor país. Los invito al respeto, que le den fuerza a las razones por encima a la ligereza de las palabras, porque Para ganar tribuna no se necesita calumniar o denigrar del otro.