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Ibagué vuelve a latir: ¿aprovecharemos esta nueva oportunidad deportiva?

No solo volvemos a tener un escenario digno, sino que abrimos la puerta a una transformación cultural profunda: ver en el deporte una herramienta de vida, de formación de carácter, de disciplina y de orgullo colectivo.
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27 Abr 2025 - 7:56 COT por Adriana Matallana

La reapertura de las Piscinas Olímpicas 'Hernando Arbeláez Jiménez', el pasado 25 de julio, marca mucho más que la recuperación de un escenario deportivo, Representa, para Ibagué, la oportunidad de sanar una herida que por años limitó los sueños de cientos de deportistas, entrenadores y familias que anhelaban ver de nuevo a su ciudad vibrar con el deporte de alto nivel.

Hoy, con la renovación de este espacio, Ibagué respira un nuevo aire. No solo volvemos a tener un escenario digno, sino que abrimos la puerta a una transformación cultural profunda: ver en el deporte una herramienta de vida, de formación de carácter, de disciplina y de orgullo colectivo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo el 23% de los adolescentes en el mundo realiza suficiente actividad física diaria, un dato que debería preocuparnos y motivarnos a actuar. En Colombia, de acuerdo con el Ministerio del Deporte, solo el 29% de los jóvenes entre 13 y 17 años cumplen con las recomendaciones mínimas de actividad física regular. El deporte, entonces, no puede seguir viéndose como una opción secundaria; es, y debe ser, un pilar esencial de formación personal y social.

Así como en mi vida profesional he tenido la oportunidad de desarrollarme en distintos campos, en mi vida personal he vivido el deporte como un estilo de vida, practicando el levantamiento de pesas y también sufrí el pesar y la vergüenza de nuestros escenarios, pero esta experiencia me ha enseñado que el deporte no es solamente un espacio o un lugar: es una escuela diaria de resiliencia, constancia, esfuerzo, respeto y superación personal. Valores que, hoy más que nunca, necesitamos fortalecer en nuestra sociedad.

Por eso, la reinauguración de las piscinas olímpicas no debe quedarse en el acto simbólico de una apertura. Es el momento de ver este logro como un punto de partida para construir una cultura deportiva sólida en nuestras familias y comunidades. Cada escenario deportivo recuperado no solo representa la posibilidad de formar campeones en natación, clavados o waterpolo; representa la oportunidad de formar mejores seres humanos.

Además, esta reapertura abre la puerta para que Ibagué se proyecte como un destino de turismo deportivo, un sector que mueve anualmente más de 800.000 visitantes en Colombia, según ProColombia y que durante semana santa de 2025 a Ibagué, mas de 142.000 personas la visitaron; aun sin reabrir esta oportunidad.  Atraer competencias regionales, nacionales e internacionales dinamizará nuestra economía, impulsará el comercio local, los hoteles, los restaurantes, el transporte, y sobre todo, fortalecerá nuestra identidad como una ciudad de puertas abiertas y de talento imparable.

Es momento de que todos los actores de la sociedad – instituciones educativas, organizaciones deportivas, autoridades locales y ciudadanos – trabajemos juntos para maximizar el potencial de estos espacios.
Pero todo este potencial solo será posible si nos comprometemos como ciudadanos a cuidar, a usar con respeto y responsabilidad, y a inculcar en las nuevas generaciones el amor por el deporte, la salud y la vida activa.

Hoy Ibagué tiene una nueva oportunidad entre sus manos. Una oportunidad que costó años de espera, pero que ahora debemos honrar con acción, gratitud y visión de futuro.
¿Seremos capaces, como ciudadanos, de transformar esta oportunidad en un verdadero legado deportivo y humano para las próximas generaciones?