Opinión: Valiente debería escribirse con ‘M’
Estos días, tuve la oportunidad de leer un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que hablaba sobre temas de inclusión de la mujer a nivel mundial. Y quedé muy sorprendido al observar que la conclusión de dicho informe, es que casi el 90% de los hombres y las mujeres en el mundo mantienen un sesgo o tipo de prejuicio contra las mismas mujeres.
Lo que significa, según el PNUD, que aproximadamente la mitad de los hombres y las mujeres del planeta piensa, por ejemplo, que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres. Mientras que el 40% sostiene que los hombres son mejores ejecutivos y por ende merecen ocupar un alto puesto y ganar mejor.
Y por eso, decidí dedicar estas letras de mi columna de hoy, a ese ser maravilloso y único que se llama mujer, porque pienso que ellas lo merecen todo y para mi tanto ellas como nosotros tenemos los mismos derechos. Como buen tolimense, en mi cabeza no dejan de retumbar aquellas frases sacadas del corazón, con las que el maestro Héctor Ochoa las homenajeó de una manera poética, y que luego transformó en un hermoso Bambuco llamado: Orgullosamente Mujer.
Allí, entre líneas, la lirica empodera a la mujer colombiana con frases como: “Soy mujer, del principio hasta el fin, delicada y sutil, soy la ternura…” “...tengo iguales derechos que tú, con la fuerza de mi plenitud canta mi alma”.
Palabras que, sin duda alguna, esbozan las cualidades y características de nuestras bellas mujeres.
Aquel 8 de marzo de 1975, día en el que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró como el Día Internacional de la Mujer, marcó un hito mundial, al reconocer de manera oficial por los países miembros, entre ellos Colombia, la valentía de las mujeres y su lucha constante por ser incluidas de manera equitativa en la sociedad.
A diario, tanto en mi hogar como en mi oficina, tengo el grato placer de estar rodeado de mujeres que, con su compromiso, entrega y tesón, me recuerdan el valor tan grande que representan en nuestra existencia. Ellas son el fiel reflejo de ese hermoso bambuco que compartí líneas atrás.
La mujer es equidad, es sabiduría, es constancia y apoyo. La mujer es inteligencia e ingenio. Es sagacidad y ternura. Es tenacidad. La mujer fue dotada con una capacidad única para amar y enseñar. Es fuente de vida y de ella emana el futuro de nuestro país.
Y es que, precisamente hablando de nuestro país, Colombia cuenta hoy con un marco normativo y legislativo bastante solido, que las defiende y ampara. Además, en el Plan Nacional de Desarrollo del presidente Duque, por primera vez se impulsó un pacto “transversal” por la Equidad de las Mujeres, buscando así cerrar la brecha que existe entre lo que ganan ellos y lo que ganan ellas.
Sumado a esto, según cifras del DANE, ellas siguen siendo mayoría en el país, con un 51.2% de la población y más del 55% son madres cabeza de familia. En el campo educativo, por ejemplo, el 58% de quienes logran grados profesionales y de postgrado, son mujeres.
Una radiografía que se percibe también, en el panorama científico de América Latina, en donde el 44% de las investigadoras son mujeres. Igual situación en temas como las ciencias médicas y de la salud.
En al ámbito político, por ejemplo, el gobierno del presidente Duque cuenta, por primera vez en la historia de Colombia, con una mujer en el cargo de vicepresidenta de la República, la Dra. Marta Lucia Ramírez. Además, en las pasadas elecciones del 2019, 2 mujeres obtuvieron el cargo de gobernadoras y 132 de alcaldesas. Siendo, por ejemplo, la primera vez que una mujer alcanza el cargo de alcalde de la capital colombiana.
En temas deportivos, las mujeres no han tenido un camino fácil, sin embargo, han sido muchas de ellas quienes han dado los triunfos más importantes para el país. Casos como los de Mariana Pajón y Catherine Ibarguen, campeonas olímpicas., entre otras. O las “superpoderosas” de la selección de fútbol femenino, campeonas panamericanas por primera vez en Lima, Perú. Sumado a ellas un sinfín de ciclistas, patinadoras, gimnastas, tenistas, atletas, etc. Todas ellas unas “verracas” para el deporte.
Lo que nos queda claro entonces, es que la mujer, por el simple hecho de serlo, no se debe enfrentar a lo largo de su existencia a ningún tipo de restricción, persecución o exclusión, que quebrante sus libertades y derechos.
Pienso, a manera de conclusión, que Colombia como sociedad y a pesar de los esfuerzos implementados en pro de los derechos y la defensa de la mujer, sigue aún en deuda y será trabajo de todos el hacer que ellas sean siempre tratadas con los mismos derechos y deberes que los hombres, eso sí, destacando que son y serán siempre Orgullosamente Mujeres.
Saque de banda: El pasado 4 de diciembre, acompañados por el ministro del deporte, Ernesto Lucena, radicamos desde el Congreso de la República un proyecto de ley que busca que los recursos públicos que se invierten en el deporte, tengan la misma destinación para hombres y mujeres. Equidad deportiva.
Pues como decía el médico y escritor español, Gregorio Marañon: "No son los dos sexos superiores o inferiores el uno al otro. Son, simplemente, distintos".