La encrucijada de la caficultura en Colombia
En el país, la producción de café presenta un alto crecimiento gracias a la exportación de cafés verdes especiales de alta calidad, cafés tostados, el retail(exhibición en góndola) en mercados especializados de alto valor, los procesos experimentales, la transformación y la educación que deben inducir a los productores, a las tiendas de café, tostadores, exportadores, maquiladores y todas las empresas que componen los eslabones de la cadena productiva del grano, a tomar decisiones para ser competitivos en un mercado con enormes retos.
Es alentadora, promisoria y además estratégica la necesidad de abordar estas tendencias para elevar la competitividad integral de la actividad cafetera de cara a los sofisticados mercados exigentes en calidad. Establecer rigurosos procesos desde la selección del material vegetal, su siembra, así como el cuidado en los diferentes procesos de fermentación, será la garantía de una mejor oferta de grano verde para los procedimientos posteriores y des un refinamiento de las prácticas culturales de nuestros productores. Le sigue un cuidadoso manejo del proceso de tostión, que en ocasiones integra otros actores como las tiendas de café, maquiladores y algunos productores que han avanzado en estas partes del proceso incluyendo trilla, catación y la comercialización.
La compra especializada del grano, se caracteriza por clientes cada vez más conocedores de estándares de calidad y perfiles de taza adaptables al estímulo de sensibles sentidos en sus mercados objetivos,mediante la oferta de aroma, acidez, el cuerpo y sabor del café. En cuanto a la transformación se propende por el valor agregado dado al café especial que lo hace diferente a los otros; eso propone formas de consumo, sabores diferentes, rigurosa frescura apoyados en elaborados empaques para posicionar una marca específica y productos diferenciales.
Ahora bien, el aprovechamiento de la capacidad instalada en las fincas han abierto caminos hacia nuevas experiencias turísticas, cuyos contenidoseducativos favorecen ambientes de inmersión en la cultura cafetera, desde la semilla a la taza, pasando por todo el trabajo campesino.
Se escuchan voces que anuncian el advenimiento de la peor crisis cafetera de la historia, en la cual se aunarían factores como: la baja en el precio internacional, la tasa de cambio, reducción de la producción, altos costos de producción posible, pérdida de poder adquisitivo, jornales que evidencian baja productividad, el alto costo de fertilizantes, aumento de las importaciones de café de Brasil,Vietnam, Honduras, Perú y Ecuador; lo que hadescompuesto el mercado colombiano interno y externo causando merma de la prima de calidad de nuestro café suave.
Así las cosas, sería impensable competirle a los países mencionados anteriormente, con altos volúmenes de café Robusta, más aún cuando sus métodos de cosecha o postcosecha sonindustrializados, realizados con maquinarias especializadas, mientras en Colombia la única manera de recolectar es manual, generando empleo en el campo pero además guardando una tradición histórica cafetera y la calidad que los hace especiales.
Para completar, el ya de por si complejo escenario cafetero, FEDECAFE endureció las normas para fijar el precio oficial al café. Ante las ventas a futuro, se presentó la intervención por Supersolidaria a varias cooperativas lo cual pone en riesgo la compra en particular al minifundista. Está en marcha, bajo la figura del catastro multipropósito, el reavalúo predial que traerá mayores impuestos locales. También hay ruidos institucionales como la burocracia, los escándalos y los estrambóticos salarios de importantes ejecutivos.
Por esto no podemos seguir compitiendo bajo un modelo comoditizado poniendo a nuestros caficultores en semejante desventaja y riesgo. Nuestros cafés deben conservar esa tradición virando hacia la especialidad, procurando cada día ser más independientes del modelo tradicional heredado desde los inicios de la caficultura, el cual pone nuestros excelentes cafés como un commoditie más en la Bolsa de Nueva York. La caficultura en Colombia enfrenta una verdadera encrucijada que requerirá de esfuerzos gubernamentales, gremiales y de los productores.