¿Puente Elevado o Deprimido?
En la actualidad, las ciudades padecen prioritariamente de la problemática del tráfico vehicular. La congestión en las vías puede generar una serie de complicaciones, accidentes, como retrasos en los tiempos de traslado y afectaciones como contaminación del aire y auditiva. Por ello, es necesario encontrar soluciones que permitan mejorar la movilidad de las personas y los bienes. En este sentido, una de las alternativas que se plantean es la construcción de obras civiles, como puentes vehiculares o deprimidos. Ambas opciones tienen como objetivo descongestionar el tráfico de la ciudad, pero ¿cuál es la opción más conveniente?
La intersección de la 60 con carrera Quinta es uno de los puntos que generan mayor cuello de botella en el tráfico vehicular de la ciudad, por tal motivo, es una de las principales problemáticas a abordar por el alcalde Andrés Hurtado; en razón a esto, su solución se encuentra contenida en el actual de plan de desarrollo. El estudio contratado en gobiernos anteriores para definir el tipo de obra que resolvería el problema tuvo que contratarse de nuevo para cumplir con la normativa actual de puentes; con la crisis desatada por la pandemia y la ley de garantías, dicha consultoría se contrató hace año y medio arrojando tres opciones: Un deprimido sobre la calle 60 con glorieta y puente elevado, un puente elevado con glorieta y, un puente elevado.
Para poder construir el deprimido, se tendrían que comprar 45 predios entre privados y públicos que incluso están en pleito jurídico, adicional a que su costo sería mayor a doscientos mil millones de pesos, junto con la afectación que generaría la obra a los comerciantes de la zona una obra que supere el año de ejecución. El alcalde tuvo que analizar tiempos, presupuestos y alternativas viables para poder determinar que la solución sería un puente elevado.
El puente elevado sobre la carrera quinta tendrá 99 metros de longitud y cimentado en 4 puntos y significaría una solución definitiva para el tráfico de esta intersección en una sola etapa. Su construcción permite la creación de una vía de circulación elevada que no interrumpe la continuidad del tráfico. Esto significa que los conductores no tendrán que reducir la velocidad al entrar y salir del puente, lo que permite una circulación más fluida y rápida de los vehículos. Por otro lado, la construcción de un deprimido implicaría una obra civil más compleja, que requiere excavaciones profundas y grandes espacios subterráneos para el paso de los vehículos y adquisición de predios. Esto generaría mayores costos y tiempos de construcción, así como problemas de seguridad y mantenimiento. Además, el mantenimiento de un puente vehicular es más sencillo y económico que el de un deprimido, ya que no requiere excavaciones o trabajos subterráneos. Las inspecciones y reparaciones pueden realizarse de manera más rápida y eficiente, lo que reduce los costos a largo plazo.
Hace 12 años no se construye una obra de gran impacto para la ciudad y en este momento como sociedad, en lugar de salir a entorpecer el proceso, se debería apoyar y aportar para que el impacto de su construcción sea el menor. He podido conocer de solicitudes por parte de los comerciantes de la zona que exponen su preocupación ante la disminución de sus ventas durante la obra, y es importante precisar que se pueden pactar estrategias conjuntas para apoyar la actividad sin que esto signifique que la alcaldía deba compensar económicamente por el lucro cesante que llegara a presentarse. Esto no ocurre en ninguna parte de Colombia.
El progreso tiene su precio que después se verá compensado con una mejor movilidad y acceso al comercio, pues es conocido, que se pierden clientes actualmente cuando se sabe que para llegar al destino hay por medio un largo y caluroso trancón. El puente elevado tiene un costo de cuarenta y tres mil millones de pesos incluyendo interventoría, se tiene el presupuesto y si todo fluye, en abril estarían adjudicando el contrato para que su ejecución sea mínimo de 8 meses y dependiendo de los turnos que se coordinen con la comunidad, este tiempo se cumpla o se extienda un poco más.
La ciudadanía debe tener en cuenta los beneficios en términos de menores tiempos de obra, menor presupuesto y consideraciones relativas a la solución eficiente del problema vial con el fin de obtener una solución efectiva y sostenible para mejorar la movilidad urbana del sector.
Ya deberían algunos sectores dejar de hacerse propaganda política con la obstrucción de la obra con argumentos fútiles que al final de la historia, perjudican a los ibaguereños y no solamente al gobierno de Hurtado.
A la nueva secretaria de Infraestructura, Sharon Guzmán, mi admiración y mis mejores deseos para que pueda sacar adelante este y todos los proyectos que aún están pendientes por ejecutar.