Pasar al contenido principal
Econoticias y Eventos
Opinión
COMPARTIR
Se ha copiado el vínculo

Prohibieron ´La palmada, el correazo y la chancleta´

Lo anterior quiere decir, que, según la ley, se puede educar, criar y corregir, pero sin tratos crueles, humillantes, degradantes o violentos. Por: José Adrián Monrroy.
Imagen
Crédito
Suministrada
25 Mar 2021 - 11:21 COT por Ecos del Combeima

Nuestro país se ha caracterizado por tener una fuerte dinámica legislativa, en otras palabras, se expiden leyes por todo y para todo. Muchas veces, esa avalancha normativa que regula hasta el más mínimo detalle de lo que aquí sucede, no soluciona los problemas de fondo que tenemos, generalmente resultan siendo temas triviales.

Por ejemplo, el Senado de la República aprobó en último debate la iniciativa que prohíbe los castigos físicos en contra de los menores de edad, que supone, es un gran aporte a la lucha contra la violencia infantil. Desde ahora, el castigo físico a niños, niñas y adolescentes en Colombia queda completamente prohibido, solo falta la sanción presidencial.

Lo anterior quiere decir, que, según la ley, se puede educar, criar y corregir, pero sin tratos crueles, humillantes, degradantes o violentos, ya que el objetivo es eliminar cualquier tipo de violencia física en la crianza de los menores. En ese sentido, el artículo 262 del Código Civil quedaría de la siguiente manera: “Las familias, los padres, las personas encargadas del cuidado personal de los niños, niñas y adolescentes, o quienes tengan su representación legal, tendrán la facultad de vigilar su conducta, corregirlos y sancionarlos. Queda prohibido el uso del castigo físico, los tratos crueles, humillantes o degradantes, y cualquier tipo de violencia como método de corrección, sanción o disciplina”.

Claro, todo esto está muy bien, pues se debe rechazar cualquier manifestación de maltrato físico hacia cualquier persona y menos hacia los niños; no obstante, eso ya estaba reglado por otra ley, la 1098 de 2008 por medio de la cual se expidió el código de infancia y adolescencia, más toda la jurisprudencia que existe sobre la materia, entonces, ¿Para qué otra ley sobre lo mismo, si ni siquiera trae sanciones?

En teoría, la intención de la ley es netamente pedagógica, persuasiva y alternativa, o sea, no se crearán sanciones o multas a los padres que incurran en este tipo de castigos, pero sí va a establecer condiciones de formación y educación.

Por lo tanto, quedan prohibidos los “chancletazos”, “las palmadas” y mucho menos los “correazos”, aunque quien lo haga, de acuerdo a la ley, no le pasará nada, puesto que no serán causal de pérdida de la patria potestad o de la custodia, ni causal para procesos de emancipación para los padres y solo aplicaría siempre y cuando dichos actos no sean repetitivos, constantes y no afecten la salud del menor, porque de ser así, se ajustarían a la ley de infancia y adolescencia. En conclusión, un proyecto que no conduce a nada, un simple saludo a la bandera.

 

También te puede interesar estas columnas

La universidad en Colombia viene en franca decadencia desde hace varias décadas, el sueño de obtener un título universitario fue sinónimo de éxito y movilidad social.

Hagamos de esta navidad entonces, un motivo para unirnos más, para construir proyectos colectivos, esos que nos alejan de las orillas del puente y nos encuentran en la mitad de este.

Hoy son ya muchas las variables que enrarece el entorno regional y genera gran incertidumbre en los entes territoriales y sus presupuestos para el año 2025.

Sácanos oh niño con tu blanca mano de esa agonía de los trancones ibaguereños. Oh lumbre de oriente, que construyan el puente de la 60, el viaducto de Mirolindo y que de una buena vez conecten la 94 con la Ciudadela.

Adaptarse no es fácil: el clima frío, la inmensidad de la ciudad, su ritmo cosmopolita y hasta la forma de vestir marcan una transición desafiante. Sin embargo, a pesar de estos retos, me siento profundamente orgullosa de mis raíces ibaguereñas.

En este gobierno respeto por la carrera diplomática, no hay defensa de la vida y mucho menos de las mujeres, la misoginia y la violencia de género es el común denominador de varios de sus colaboradores.

¡Lo volvió a hacer! El representante a la Cámara, Gerardo Yepes hace méritos para obtener el título de indisciplinado del año al interior del partido Conservador.

¿Cómo es posible que, a pesar de contar con presupuestos, políticas y documentos que advierten sobre la importancia de tomar medidas, aún no tengamos campañas bien estructuradas para reducir el consumo de agua?

Hemos sido engañados, por altos estamentos nacionales quienes desconocen y pretenden minimizar las grandes falencias de este “antisistema de salud” fundamentado sobre la intermediación financiera.