Sistema estratégico de transporte: ni Jaramillo, ni Hurtado, fue Duque
¡Por fin! Después de muchos años de luchas el sistema estratégico ya tiene los recursos del Gobierno Nacional asignados. Y es que esto no viene de hace uno, dos o tres años. Este proyecto viene de hace más de diez años. Recuerdo cuando logramos incluir como piloto a Ibagué en ‘Ciudades Amables’, en el Gobierno del Presidente Uribe.
A la fecha ya van una docena de estudios y trámites, y esta semana el Gobierno Nacional confirmó que destinará $309 mil millones de pesos para que la ciudad logre por fin tener un transporte decente para sus ciudadanos. El Sistema Estratégico de Transporte Público - SEPT, será ahora, una de las piezas clave para que Ibagué salga adelante.
En la última campaña a la presidencia, Iván Duque repitió cada vez que vino al Tolima como candidato del Centro Democrático, que una de sus prioridades sería sacar adelante el Sistema estratégico de transporte y con lo ocurrido esta semana, no cabe la menor duda que el presidente Duque está cumpliendo.
Luego, con esta introducción sobra esa pelea ‘chimba’ entre jaramillistas y Hurtadistas por querer adueñarse de esta gestión, porque no fue ni el uno, ni el otro, fue el propio presidente Duque, el mismo que como candidato se comprometió, y ahora como presidente cumplió. Y en un momento clave para la ciudad, porque son estas obras de infraestructura, las que van a recuperar la economía de la ciudad.
Y es que Ibagué actualmente es una de las pocas ciudades intermedias de Colombia que todavía no cuenta con un servicio de transporte público masivo. Política pública de movilidad que, comparada con ciudades cercanas como Neiva y Pereira, que ya la implementaron, nos deja por ahora mal parados en comparación con estas, que poseen menos habitantes que nuestra ciudad.
Hasta el momento, cientos de miles de ibaguereños todavía nos transportamos en busetas, carros y motos, en medio de una movilidad cada vez más caótica, para una ciudad en la que no debería estar pasando esto. El número de habitantes ha aumentado, con ello el tráfico en medio de vías insuficientes, sin hablar de las ciclorutas en medio de la avenida Ferrocarril, los arreglos viales que se demoran meses en terminar, y la contaminación ambiental afecta la salud y el bienestar en una ciudad donde los trayectos no deberían durar mas de 15 minutos. El parque automotor es cada vez más grande, y la infraestructura vial, cada vez más obsoleta.
Por eso hoy celebro la confirmación del éxito de tanto esfuerzo que le metimos a la gestión de los recursos con el Gobierno Nacional. El presidente Duque cumplió lo que nos dijo el día que puso la primera piedra del Coliseo Mayor, cuando se comprometió a hacer el CONFIS (Consejo Superior de Política Fiscal) para jalonar los recursos, de los cuales pondrá el 70% para ejecutar la obra. El otro 30% lo pondrá la Alcaldía con posible apoyo de la Gobernación.
El SEPT será para la ciudad un eje de desarrollo económico y, mayormente, en medio de la situación tan grave por la que atravesamos hoy en la ciudad que según el DANE tiene el más alto índice de desempleo en el país en 2019 y segundo en 2020, un generador de empleos formales clave para los ibaguereños. En su primera fase, el proyecto generará 1.000 empleos que crecerán exponencialmente conforme se vaya llevando a cabo su ejecución. Con esto, el Gobierno cumple con sus planes de recuperación económica del país a través de la inversión en proyectos de infraestructura en movilidad y vías en todo Colombia.
Lastimosamente, después de tantas demoras de administraciones anteriores, la ciudad no verá los 608 buses, 30 rutas, 7 estaciones, 268 paraderos y 22.3 kilómetros preferenciales rehabilitados del SEPT por lo menos hasta 2024, los cuales en su mayoría serán energías limpias (gas y electricidad), apoyando a la disminución de la contaminación y del calentamiento global. Por ahora nos tocará esperar y como siempre, teniendo en cuenta la labor constitucional que cumplo como representante de los tolimenses, hacer vigilancia y control a todo el proceso de adjudicación y ejecución de estas obras.
Y, sobre todo, para que esta obra no signifique para los actuales pequeños transportadores y empresarios, quienes han generado empleo durante décadas, su fin laboral y caída en la ruina, sino que sean tenidos en cuenta en el nuevo sistema. Hay que incluirlos en todas las instancias de participación para que no sean dejados atrás.