Pasar al contenido principal
Econoticias y Eventos
Tolima
COMPARTIR
Se ha copiado el vínculo

Alerta por escasez de medicamento para tratamientos psiquiátricos en el Tolima

El 2018 inició con un desabastecimiento de Pipotiazina, un medicamento esencial para el tratamiento de la esquizofrenia, una enfermedad mental que afecta aproximadamente a 10 mil tolimenses.
Imagen
Crédito
Imagen de referencia
18 Abr 2018 - 12:27 COT por Ecos del Combeima

 

Aún con el avance de la tecnología y de la ciencia, hoy en día las enfermedades mentales siguen causando discriminación y un gran desequilibrio emocional y afectivo para quienes la sufren, además el acceso a este tipo de tratamientos no es del todo sencillo.

En el Tolima solo tres municipios tienen atención especializada en este tipo de enfermedades, Lérida, Ibagué y algunos casos que son atendidos en  El Espinal.

Para más dificultades, desde el principio del año se viene presentando un desabastecimiento de un medicamento necesario para el tratamiento de personas con trastornos mentales como la esquizofrenia, denominado Pipotiazina, en ampollas de 25 miligramos. 

La esquizofrenia es una enfermedad que según cifras nacionales padece el 0.8% de la población por lo cual en el Tolima se podrían hablar de cerca de 10 mil personas con este trastorno.

Leonardo Ayala Muñoz, médico psiquiatra del Hospital Especializado Granja Integral E.S.E de Lérida, manifestó su preocupación por la calidad de vida y el derecho a la salud de sus pacientes pues tras el desabastecimiento ha sido muy difícil acceder al medicamento que aplicado cada 15 días o un mes, le garantiza casi una vida normal a quien sufre esta enfermedad.

 “No hay otro medicamento que lo reemplace con facilidad y el único que puede emplearse, con efectos similares en algunos casos, no en todos, cuesta diez veces más. Si habitualmente los pacientes afrontan distintas barreras para que se les entreguen las medicinas formuladas, bajo estas condiciones es casi imposible que accedan a él.

Como resultado se observa un deterioro en la salud mental de estas personas pues necesitan hospitalizarse de nuevo, se descompensan quienes se encontraban estables, y esto, aparte de la tragedia personal que implica, aumenta el estigma que afrontan en la comunidad”.

El especialista en salud mental explicó que mientras una ampolla de Pipotiazina puede costar 30 mil pesos en el mercado, el medicamento que puede administrarse en remplazo tiene un costo superior a los 300 mil pesos, por lo cual las EPS ponen todas las excusas para evitar entregarlo a los pacientes que lo requieren.

Es oportuno precisar que la pipotiazina está incluida en el plan de beneficios en salud actualizado por la resolución 5269 de 2017, sin embargo como suele suceder con los medicamentos de alto costo, las EPS no los entregan con facilidad y mientras tanto los pacientes siguen deteriorándose.

A inicios del 2018 el director del INVIMA, Javier Humberto Guzmán, reconoció la emergencia por desabastecimiento e indicó que “como primera medida, queremos facilitar la introducción del producto necesario para la fabricación de esta sustancia médica, a las empresas importadores que no tengan registro sanitario. En segunda instancia, tiene que ver con fortalecer las posibilidades para que uno de los fabricantes, Saludpharma, pueden producir más producto pero requieren una autorización adicional del fondo nacional de estupefacientes para productos que son de control especial como este", sin embargo meses después la emergencia solo se ha venido agravando en las entidades territoriales.

“Hasta el momento no han podido crear un medicamento superior a la Pipotiazina para el manejo de la esquizofrenia, una persona que accede a el tratamiento adecuado pueden integrarse adecuadamente a la sociedad y evitar en gran parte la discriminación que causa este padecimiento”, puntualizó Leonardo Ayala Muñoz, médico psiquiatra del Hospital Especializado Granja Integral E.S.E de Lérida.

El tema es muy delicado pues si antes una familia podía comprar de su bolsillo el medicamento si la EPS se demoraba en entregarlo, ahora resulta casi imposible para las personas de bajos recursos pagar 300 mil o 600 mil pesos al mes para controlar su enfermedad y poder llevar una vida normal.