Residentes del barrio San Antonio, específicamente de la cuadra que colinda con Fuente de los Rosales, han expresado su preocupación por la constante quema de pólvora que afecta a la comunidad, especialmente durante las fiestas de fin de año. Según los testimonios de los vecinos, el responsable de esta práctica es un hombre que, pese a los llamados de atención y denuncias previas, continúa arrojando pólvora en la zona.

El denunciante, quien ha compartido videos de la actividad, explicó que, a pesar de haber colocado una cámara de seguridad, el sujeto ha logrado evadir la vigilancia al subir la pólvora más arriba, detrás de su camioneta. A lo largo de este tiempo, ha sido recurrente la quema de culebras y otros artefactos pirotécnicos, lo que ha generado un ambiente de incomodidad y miedo, especialmente entre los habitantes mayores del sector.

"La cuadra está completamente afectada, los vecinos ya no saben qué hacer. Algunos no denuncian por temor o porque creen que no servirá de nada. He tenido familiares de 82 años en la casa, y el ruido de la pólvora es ensordecedor", dijo el denunciante.

Además, el afectado mencionó que el hombre, que al parecer trabaja para Movistar, utiliza su vehículo para transportar la pólvora. Este hecho pone en riesgo la seguridad de la comunidad, ya que, esos vehículos cerrados no tienen una adecuada ventilación, lo que podría convertirlos en una "bomba de tiempo", y cualquier chispa podría generar una tragedia.

Este año, con los videos en mano, los afectados esperan que las autoridades tomen cartas en el asunto y eviten que el problema se repita. En el pasado, la situación llegó a ser tan grave que se realizó una conciliación, pero no se cumplió el compromiso de no volver a quemar pólvora.

Aunque en su momento se le hizo una advertencia formal al responsable, este siguió con su comportamiento. El objetivo es evitar que estas prácticas sigan poniendo en peligro la tranquilidad y seguridad de los residentes, especialmente en una época del año tan festiva, pero que para algunos se ha vuelto una pesadilla.