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El modelo de Estado en Colombia: centralista, obsoleto y paquidérmico

El Estado colombiano ha venido presentando limitaciones en cuanto a eficiencia y eficacia en el marco administrativo, financiero y de planeación.
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6 Ago 2023 - 9:01 COT por Ecos del Combeima

El mundo ha venido cambiando a pasos agigantados y la post modernidad ha traído consigo el desarrollo de varios acontecimientos que cambian los modelos de desarrollo social y económico. Así como las empresas exitosas establecen procesos de reingeniería e innovación en medio de un mundo cambiante, los Estados post modernos centran la atención en evidenciar las debilidades y problemáticas para cumplir con su funciones administrativas, económicas o sociales, procurando incorporar procesos de mejoramiento continuo para ganarse la confianza y legitimidad frente a los ciudadanos.

Una de las causas de lo que pasa hoy en el país y que no es culpa de nadie en especial, pero sí de todo el entramado político histórico, radica en que Colombia  quedó sumida en un esquema republicano unitario propio del siglo XVIII, a pesar de la de la constitución política de 1991, siendo ya un esquema, por cierto, obsoleto, paquidérmico y poco funcional en relación con las necesidades de los habitantesen el mundo de hoy, en su mayoría gobernados dentro de un sistema político que, aunque democrático, no satisface las necesidades de los grupos sociales, especialmente de aquellos menos favorecidos en los procesos de distribución de la riqueza. 

El país está colapsado por diversos aspectos, pero en especial por su propio peso que incluye entre otras: una burocracia innecesaria y costosa, una cantidad de privilegios a congresistas y funcionarios de todo orden nacional y territorial que poco aportan al desarrollo, además por la sensación de que solo unos pocos acceden a las mejores prerrogativas económicas y beneficios provenientes desde el núcleo del centralismo.

El Estado colombiano como súper estructura jurídico-política, ha venido presentando limitaciones en cuanto a eficiencia y eficacia en el marco administrativo, financiero y de planeación. La estructura económica del Estado colombiano es enormemente centralista, además de costosa en cuanto a su administración. El modelo de Estado Unitariono ha permitido evolución real hacia nuevas formas de administración. El centralismo es una de las principales causas de la situación que vive el país no solo por la incapacidad de generar beneficios, sino también por la desconexión que se tiene desde el núcleo político administrativo central con el territorio. El centralismo económico del presupuesto nacional, así como la complejidad para acceder y ejecutar recursos para atender temas puntuales como educación, salud, empleo y saneamiento básico, hacen insostenible el modelo. 

Las inversiones del Estado están completamente centralizadas: de cada $100 que se recaudan por concepto de impuestos $83.5 van para la Nación, mientras que los municipios y los departamentos se tienen que conformar con sólo $11.9 y $4.6, respectivamente, a todas luces existe amplia inequidad en la distribución presupuestal. Cerca del 85% de los municipios del país están reconocidos como de 6ta categoría, es decir, municipios con extremas necesidades en cuanto a NBI y recursos, en ellos predominan el desempleo, la pobreza monetaria extrema, la pobreza multidimensional e inequidades generales. A pesar de todo lo anterior existe aún la esperanza de que llegue el Estado benefactor a solucionar los problemas de la comunidad; el problema, es que, eso pasa especialmente en momentos electorales donde solo quedan las promesas. 

Es necesario replantear el modelo actual de Estado desde esquemas asociativos regionales con mayores atribuciones. El Estado necesita oxigenar su esquema, innovar e incorporar nuevos mecanismos de administración y gestión otorgando una verdadera autonomía a las regiones. Las mayores culpas de lo que pasa en el país son atribuidas al Presidente pues, gracias al centralismo que ostenta, este sistema pierde vigencia por su obsolescencia. Instituciones como por ejemplo el Congreso de la Republica están completamente desprestigiados y condenados a su reducción, las leyes son hechas por muchos que no conocen la verdadera realidad de las regiones o gestionadas para satisfacer intereses particulares.

Para reinventar e innovar el modelo de Estado no existe una sola alternativa y la solución no es nada fácil pues deberíanobedecer a una cadena de procesos a partir de la revisión misma del modelo centralista que poco aporta, pero síincrementa el descontento en todos los niveles de la sociedad. Una Constituyente sería desastrosa en el corto y mediano plazo en medio de la bipolaridad de intereses políticos entre una ansiosa izquierda que quiere a toda costa ostentar el poder y un extraño colectivo centro derecha que solo se identifica dentro de su ideario partidista, allí es donde radica la mayor parte del problema. ¿Será posible encontrar una solución política?, o será la gran mayoría de la población, esa que soporta los abusos de parte y parte en especial la inclemencia de los paros, bloqueos y pérdidaseconómicas, la que se encamine a apoyar un Pacto por Colombia como una alternativa de solución temprana que calme los ánimos preelectorales que además de lo expuesto, también están incendiado el país por la polarización política en las regiones.  

Existen mecanismos aprovechables para optimizar la distribución de los recursos públicos, pero urgen reformas al Sistema General de Participaciones (SGP) así como a los tributos territoriales: será muy sano alcanzar un equilibrio de cargas entre Nación y Territorios. La crisis fiscal de la gran mayoría de entes municipales y departamentales revelan la urgencia en la atención de esas realidades que limitan la inversión en las necesidades reales y sentidas de las regiones. Siendo estratégico contar con el acompañamiento técnico del Departamento Nacional de Planeación-DNP,para mitigar el margen de improvisación en un entorno de las RAP creadas en los últimos años.

Falta eso sí, la voluntad política por parte del Gobierno Nacional para que decida respaldar presupuestalmente a la RAP`S en el entendido que, desde hace décadas, existe una brecha de desigualdad al momento de la distribución de los recursos del Estado entre las distintas regiones de Colombia.

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