Político corrupto
Frecuentemente, escuchamos decir a las personas que los políticos son corruptos. De hecho, TRANSPARENCIA INTERNACIONAL que es un movimiento global que trabaja en 180 países para poner fin a la injusticia de la corrupción define “corrupción” como “el abuso del poderconfiado para beneficio propio”. En el 2022 presentó los resultados del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) en el cual Colombia mantuvo la calificación en relación al año 2021 (39 puntos sobre 100) y descendió en el listado general del puesto 87 al 91 entre 180 países. Desde el año 2012 la calificación de Colombia ha oscilado entre los 36 y 39 puntos sin lograr cambios significativos. Los países peores calificados fueron Venezuela (14), Haití (17) y Nicaragua (19), mientras que la mejor puntuación la tienen Canadá (74), Uruguay (74) y Estados Unidos (69). El IPC califica los países y territorios según las percepciones que estos tienen sobre el nivel de corrupción en el sector púbico.
Los países que tienen una calificación del IPC en 100indica que se percibe como muy transparente, mientras que de 0 o por debajo de 50 indica que es percibido como MUY CORRUPTO.
En los demás continentes, Dinamarca (90) ocupa el primer lugar en el 2022, Finlandia y Nueva Zelanda se ubican muy cerca con puntuaciones de 87. Sudán del Sur (13), Siria (13) y Somalia (12), siguen estando en los últimos lugares del IPC.
Delia Ferreira Rubio, Presidenta de Transparency International, manifestó: “La corrupción ha hecho que nuestro mundo sea un lugar más peligroso. Los gobiernos no han logrado, de manera colectiva, contrarrestar este fenómeno y, con esto, agudizan el aumento de la violencia y el conflicto que se observa en la actualidad, lo cual plantea peligros para las personas de todas partes del mundo. La única salida ante esta situación es que los Estados enfrenten la ardua tarea de erradicar la corrupción en todos los niveles para asegurar que los gobiernos trabajen para todas las personas y no solo para una élite reducida”.
La historia muestra el primer posible caso documentado de corrupción en el reinado de Ramsés IX, 1100 a.c., en Egipto: Peser, antiguo funcionario del faraón, denunció en un documento los negocios sucios de otro funcionario que se había asociado con una banda de profanadores de tumbas. En el 324 a.c. En Grecia, Demostenes, acusado de haberse apoderado de las sumas depositadas de la Acrópolis por el tesoro de Alejandro, fue condenado y obligado a huir. Y Pericle, conocido como el Incorruptible, fue acusado de haber especulado sobre los trabajos de construcción del Partenón. Miles y miles de actos corruptos están documentados en la historia de la humanidad.
La Biblia expone en el libro de Génesis la decisión de Dios de destruir la tierra y todas las criaturas vivientes al observar toda la corrupcion que habia en el mundo, y ver que todos en la tierra eran corruptos. Más adelante, en el Deuteronomio, Dios da instrucciones precisas a los primeros gobernantes: “Por ninguna razón tuerzas la justicia ni muestres parcialidad. Jamás aceptes un soborno, porque el soborno nubla los ojos del sabio y corrompe las decisiones de los íntegros.”. Decenas de versículos que mencionan la corrupcion se encuentran en la biblia, todos aborreciéndola con mesajes tan fuertes como el encontrado en el libro de Ezequiel 24:12: “Pero es un caso perdido; la corrupción no puede limpiarse. Así que échala al fuego.”
Aunque el reporte entregado anualmente por Transparency International se limita al ejercicio del sector público, la corrupción esta directamente relacionado con el actuar individual. La Real Academia Española, RAE, define corrupción como una “Acción o efecto de corromper o corromperse”; “Deterioro de valores, usos o costumbres”; “En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización indebida o ilícita de las funciones de aquellas en provecho de sus gestores”.
Desde la etimología, el concepto de corrupción se encuentra vinculado con la idea de descomposición. El termino deriva del latín corrupto, que está compuesto por el prefijo con (junto, globalmente) – y la locución rumpere (romper, quebrar, partir). “Expresa la idea de un acto que altera el estado de las cosas mediante la complicidad o la actuación conjunta de dos o más individuos” (Rodríguez, 2004, p. 341). “Proceso en cuya dinámica lo que se encuentra unido y junto se separa, se quiebra, se disgrega, se descompone” (Pardo, 2018, p.92). “Equivalente a destrucción, devastación o adulteración (…) decadencia, suciedad, desintegración, degeneración, envilecimiento, ilegalidad o inmoralidad” (Malem, 2016, p.26).
La corrupción pública, esta dado por aquellos principios y valores que rigen y orientan el ejercicio de la función pública, y habrá corrupción cuando se actúe en contra de dichos principios, afectando la prestación del servicio público y con ello el ejercicio de derechos fundamentales en igualdad de condiciones por parte de la ciudadanía.
La corrupción privada hace referencia al acto de corromper o corromperse, sin que necesariamente sea un funcionario público, ni se encuentre ejerciendo un acto público. Hace referencia a cosas tan simples como no dar las vueltas correctamente, colarse la fila del banco, decir mentiras, sobornos a policías para evitar una infracción de tránsito, y en general todas las acciones que los Colombianos en particular hemos aceptado como normales, incluso afirmando que hace parte de nuestra astuta naturaleza indígena.
Erróneamente se ha llegado afirmar que la corrupción hace parte de la naturaleza humana. Equivaldría a admitir que todas nuestras conductas corruptas, son efecto de causas ajenas a nuestra voluntad, inmersas en una relación causal. No existirían las diferencias cuantitativas mostradas por Transparency International. Aceptarlo sería adoptar una postura fatalista o determinista, que nos llevaría a sostener que no es responsable de su corrupción, bondad o maldad de sus actos, ya que está programado filogenéticamente (por naturaleza) para cometer este tipo de conductas.
Si el médico y humanista Laín Entralgo (1993) definió al hombre y la mujer como seres písticos – llamados a creer y ser creídos -, elpídicos – instados a esperar y ser esperados – y agápicos- necesitados de amar y ser amados -, la corrupción transforma a la persona humana, según el papa Francisco Jorge Mario Bergoglio (2015-2017) en todo lo contrario: satisfecha, autosufienciente, ventajista, nominalista – gnóstica, superficial, ambiciosa, frívola, mentirosa, impúdica, sin verguenza, hipócrita, triunfalista, mundana espiritual, inmanentizada, nepotista, proselitista, auto justificadora, mediocre, simoniaca, indiferente.
El papa Francisco Jorge Mario Bergoglio en el año 2013 dijo: “Podríamos decir que el pecado se perdona; la corrupción, sin embargo, no puede ser perdonada. Sencillamente porque en la base de toda actitud corrupta hay un cansancio de trascendencia: frente a Dios que no se cansa de perdonar, el corrupto se erige como suficiente en la expresión de su salud: se cansa de pedir perdón”; “nos hará bien volver a decirnos unos a otros: “!pecador sí, corrupto no!, y decirlo con miedo, no sea que aceptemos el estado de pecado como un pecado más”.
Dios ha dado al hombre libre albedrío. Sobre la mesa esta el plato del bien y el plato del mal. El hombre DECIDE cual plato tomar. Las acciones humanas son el resultado de la voluntad, y se forjan con el ejemplo, la interacción familiar y social, y se relacionan directamente con su creencia, amor y temor a Dios.
Los dirigentes políticos son el reflejo de la sociedad. Antes de decir: POLÍTICO CORRUPTO, debemos evaluarnos en nuestro pensar, sentir y actuar. Muy seguramente encontraremos que necesariamente debemos cambiar antes de intentar cambiar a los demas. Como nos decían los abuelos: “El ejemplo comienza en casa”.