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Falsa moral

Cómo van a defender el buen manejo de los dineros públicos si el “gobierno del cambio” no es austero. Todo lo contrario, es abiertamente derrochón.
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Ecos del Combeima
11 Jun 2023 - 8:59 COT por Ecos del Combeima

Unos meses atrás, cuando el presidente Petro inició su gobierno, muchos en el país y por supuesto en el Tolima, se montaron en su bus creyendo de buena fe que el cambio prometido se haría realidad. No era para menos, la actitud del presidente en un principio ilusionó por la intención de llevar al país a un proceso de reconciliación política y de paz total con los grupos armados y  reformar el estado en favor de los más necesitados del país. 

De hecho, actores y grupos políticos de nuestro departamento se identificaron plenamente con la ideología progresista volviéndose replicadores de sus postulados; la Colombia Humana, el Polo, Partido Verde, partido liberal, el Pacto Histórico en general, empezó a tener auge, pues creían que el tener gobierno nacional consolidaría su accionar político en lo local. 

Adoptaron el mismo discurso del presidente, aplaudían cualquier acción de gobierno y  defendían sus proyectos e iniciáticas; incluso hoy, sus aspiraciones a cargos unipersonales y a corporaciones públicas giran entorno a las coaliciones de los partidos o movimientos políticos afines al gobierno progresista del Presidente Petro. Hicieron suyas las banderas de la lucha contra la corrupción, reducir la brecha de desigualdad, el buen manejo de los dineros públicos, hacer visible a los “nadie” y todas aquellas propuestas que surgen de ese sector político. 

Sin embargo la realidad es otra, desde el Gobierno Nacional solo se reciben escándalos, caos e improvisación. Con qué juicio hablarán de corrupción, cuando el hijo del presidente es acusado de recibir dineros non sanctos  y de enriquecerse sin justificación alguna, o las recientes declaraciones de quien era uno de los hombres mas fuertes de la campaña presidencial, el senador Benedetti, al decir que a la campaña ingresaron 15 mil millones de pesos de cuestionada procedencia.

Cómo van a defender el buen manejo de los dineros públicos si el “gobierno del cambio” no es austero, todo lo contrario, es abiertamente derrochón, solo miremos las opulentas compras a la casa de Nariño o los arrogantes viajes en helicóptero de la vicepresidenta. Ni Hablar de la defensa de los “nadie” y la dignidad de los invisibles, con el trato que le dieron a la niñera, a la que llamaron sirvienta, de la ex jefe de gabinete.

Entonces me pregunto: ¿bajo qué criterio hacen parte de un partido o movimiento político a fin a un gobierno que se comporta igual o peor que los anteriores? ¿Con qué autoridad critican y se autoproclaman adalides de la moral y la verdad, cuando guardan silencio ante lo qué pasa con el gobierno nacional?

Finalmente, mi reflexión va encaminada a que no se puede seguir haciendo política manejando ese doble rasero o esa falsa moral que le resta credibilidad al ejercicio de lo publico y la perdida de confianza por parte de los ciudadanos. Es hora de darle nivel al debate, con sinceridad y sin gazapos, dejando de lado la vieja practica de mirar la paja del ojo ajeno pero no la viga del propio.

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