¿Por qué las marcas están cambiando su identidad?
Podríamos pensar que se trata de una moda, pero no lo es. La pandemia aceleró cambios importantes en el consumidor y dejó en evidencia que algunas marcas no estaban conectando con sus clientes.
Hoy se debe pensar seriamente en emprender una nueva revolución: la revolución de los valores. Estos últimos han sido ignorados en la mayoría de las empresas, han hecho parte de la decoración de las oficinas y, en la academia, ha sido la asignatura que todos pasan sin problema.
Algunas marcas cambian su identidad como un ejercicio de rebranding consciente para versen más actuales. Otras lo hacen porque sus números y reputación se empiezan a derrumbar por un suceso de actuaciones negativas. En ciertos casos, el hecho de acordar precios, monetizar la información personal de los usuarios y poner en el mercado productos nocivos para la salud de las personas y del planeta, les ha provocado enormes dolores de cabeza.
Encontrar una marca modelo no es tarea difícil. Hablemos de Nestlé, una de las empresas con mejor reputación en el mundo. Esta compañía fue pionera en implementar un centro de investigación con el fin de desarrollar productos que van más allá de alimentar: la preocupación por el bienestar, nutrición y salud de sus consumidores. Nestlé lo ha hecho con sinceridad y constancia. Tiene claro que sus valores no se negocian y su propuesta de valor es bien recibida.
¿Cómo hacer que amen su marca?
Cuando una persona quiere llegarle al corazón de alguien indaga acerca de sus gustos, también sobre sus miedos, sueños y hace todo por su bienestar. Así mismo lo deben hacer las compañías con sus clientes.
Asegure una personalidad única (la marca amable, responsable, sensible, guardián), para que la transformación sea relevante para los clientes. Así la representen muchos atribtutos, debe existir un valor por encima de todos y coherente con sus actuaciones corporativas para que sea recordada por algo específico y positivo. El tono cercano, cálido y con mucha empatía necesita hacerle pensar a su cliente que el trato que recibe es el de alguien que lo aprecia y lo conoce.
Para llevar a la práctica un buen ejercicio de rebranding tenga en cuenta que los colores, las formas y slogan deben obedecer a una revolución de valores. Lo importante es redescubrir un ADN propio que corra por las venas de la marca y de quienes trabajan para ella.