¿A los promotores del paro les importa su vida, su empresa o su empleo?
El derecho a vida prevalece sobre el derecho a la protesta. Estando en medio del tercer pico de pandemia y el inicio de los toques de queda, que se van ampliando de acuerdo a la ocupación de las UCI, debería plantearse la conveniencia y necesidad de un paro nacional, cuya actividad genera aglomeraciones y en consecuencia, mayor riesgo de contagio. Las arengas causan mayor dispersión del virus y sabemos que no todos utilizan y mantienen bien puesto el tapabocas. El comercio en general continúa siendo el que se afecta directamente con todas estas acciones irresponsables.
Decir que el gobierno es el causante del paro es absurdo y ridículo, pues es claro que aquí todos tenemos derecho a expresarnos y el contenido de la reforma tributaria puede ser debatido en diferentes escenarios entre los diferentes actores, sin requerir de una campaña de desprestigio con fines electorales. Su expedición es absolutamente necesaria y se requiere de forma inmediata. Siempre ha habido reformas tributarias y es una realidad que nuestro país es de los que más baja tasa de tributación tiene según la OCDE. El fenómeno de la corrupción no se resuelve de la noche a la mañana; para acabar con ella tendrán que pasar varios gobiernos, y congresos que se atrevan a establecer mejores controles y castigos a los corruptos. No tenemos una democracia perfecta ni una economía fuerte como los países desarrollados. Aquí les fascina compararnos con las potencias para llenarse de motivos y enlodar cualquier avance del gobierno nacional. Son tan egoístas e indolentes que, en virtud de las próximas elecciones, se aprovechan para señalar y exigir imposibles. Los discursos populistas invaden los diferentes medios y nuestros jóvenes, muchos de ellos ignorantes de la historia y la realidad del país, quienes pasan más tiempo en redes sociales que estudiando o leyendo un libro, ahora creen tener la solución a todos los problemas del país, creyéndose el cuento que los líderes populistas y oportunistas opositores del gobierno quieren hacerles creer.
¿Acaso creen que a Petro le importa la vida de los ciudadanos colombianos? Un líder responsable no invitaría al pueblo en un momento como el que estamos pasando, a salir a marchar sin importar que las ciudades estén llegando a alerta roja en ocupación de las UCI. ¿Creen que igualmente le importe que se cierren más empresas como consecuencia de los aislamientos? Pues obvio que no, porque si al país le va mal, él aprovechará para culpar al gobierno influenciando a su audiencia para que replique lo que su mezquina mente produce. Saldrán a llenar los medios de comunicación con mensajes negativos en contra del gobierno.
Tenemos un presidente honorable y valiente que, pese a lo impopular, presenta una reforma tributaria que sin duda tienen muchos aspectos por mejorar y debatir, y la discusión debería centrarse en cómo sacarla adelante y no cómo acabarla o retirarla. Se señala y juzgan los beneficios que algunas empresas reciben, pero olvidan todo el empleo que generan. Se les olvida que los programas sociales tienen que pagarse y que si se enferma tiene un sistema de salud que lo atiende, que tiene vías para transitar, colegios y universidades públicos, alimentación escolar, en la mayoría del país tenemos alcantarillado, energía, agua potable, un robusto sistema judicial, un ejército que nos defiende y una policía que nos protege. Aquí los que no quieren pagar impuestos son todos aquellos que se benefician de su existencia. ¿Han pensado en cuántos evaden? ¿Cuántos compran pirata?, ¿cuántos han sobornado al policía?, ¿cuántos se colaron en la fila de la vacuna por ejemplo?, ¿cuántos ven normal ser vivo y tramposo con el argumento pobre de que otro también lo es?
Aquí la corrupción se va a acabar cuando pasen varias generaciones que se eduquen y entiendan de valores como la ética y la honestidad de forma generalizada y para educar un pueblo entero el Estado necesita recibir tributos. Las sociedades van evolucionando con el tiempo; así como con el paso de los años se ha incrementado la expectativa de vida, también se ha crecido en conocimiento, desarrollo y la población es cada día más educada y menos ignorante; tengamos fe que lo mismo ocurrirá con la corrupción, irá disminuyendo en la medida que vayamos avanzando, creciendo y generando desarrollo en nuestra sociedad.
Necesitamos poder trabajar y reactivarnos económicamente, nada más inconveniente que un paro nacional que solo va a causar mas caos y alertas hospitalarias. Fíjense que los promotores del paro no tienen cómo perder, pues es evidente que les conviene un colapso para poder culpar a nuestro presidente Iván Duque o a nuestro alcalde Andrés Hurtado. Si en las marchas se “infiltran" delincuentes y dañan las calles y comercio, dirán que la culpa seguramente será de la administración que no fue capaz de ponerle un policía a cada marchante. Aquí nos acostumbramos a ver que cualquier evento desafortunado que suceda en la ciudad, es aprovechado para culpar al alcalde. Afortunadamente solo hay que ver que ha podido resolver los asuntos urgentes que se causaron con la llegada de la pandemia, mientras ejecuta su plan de gobierno, entrega obras, arregla calles, promueve políticas públicas, y adelanta varios programas de desarrollo para la región dando oportunidad de participar a los diferentes sectores. ¿Entonces, a quién le conviene que haya una escalada de muertes y casos que requieran UCI por Covid 19? En sentido estricto a nadie, pues antes que nada, somos seres humanos con criterio y conciencia e independiente de la fe que se profese, en el fondo tenemos algo en común y es la moral, entendido como aquello que domina nuestro fuero interno y que influye en las decisiones que tomamos frente al daño que pueda generar. Abogo por que haya un examen individual que los lleve a concluir no vale la pena exponer la vida propia y la de los demás, que no vale la pena generar un próximo aislamiento obligatorio que acabaría con muchos empleos y empresas y que tenga en cuenta que hay nuevos linajes que incrementan la transmisibilidad de virus y no hay nada más importante que la vida.
Nota final: Me llama la atención todos aquellos que fuera del país, que viven en países desarrollados y gozan de los beneficios del capitalismo, critican, señalan y opinan sobre el país defendiendo posiciones de izquierda que son contrarias a lo que gozan en los países donde residen. Desde afuera muy fácil opinar. También ocurre mucho que estamos frente a una generación en donde algunos no quieren trabajar sino ser mantenidos y se quiebran por todo. Poco leen y opinan mucho en redes siguiendo a sus “influencers”. ¿Paradójico no?