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Ahora los tolimenses podrán ver en vivo la actividad del volcán Nevado del Ruiz

En el marco de los 40 años de la tragedia de Armero (Tolima), el Servicio Geológico Colombiano (SGC) abre al público una de las cámaras de video recientemente adquiridas para el monitoreo del volcán Nevado del Ruiz.
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5 Nov 2025 - 6:52 COT por Ecos del Combeima

Desde hoy, cualquier persona con acceso a internet —en Colombia o en cualquier otro rincón del mundo— podrá observar de manera continua la actividad del volcán Nevado del Ruiz, ubicado entre los departamentos de Tolima y Caldas, tal como lo hacen los geocientíficos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales (OVSMA) del Servicio Geológico Colombiano (SGC), quienes siguen su pulso día y noche.

Esta iniciativa hace parte de la campaña Armero 40 años #ConCienciaVolcánica, un ejercicio de educación, memoria y apropiación del conocimiento científico impulsado por el SGC, que busca rendir homenaje a las víctimas y sobrevivientes de la tragedia de 1985, fortaleciendo la cultura de gestión del riesgo volcánico del país y mostrando cómo, cuatro décadas después, el monitoreo permanente de los volcanes se ha convertido en una herramienta esencial para proteger la vida.

La cámara a través de la cual los colombianos podrán acercarse al volcán es una herramienta crucial en el monitoreo volcánico. Está ubicada en el OVSMA, a unos 30 kilómetros al noroccidente del cráter Arenas y ofrece una vista panorámica  estratégica del Cumanday las 24 horas del día, los 7 días de la semana, que se transmitirá a través del canal oficial de YouTube​ del SGC (@ServicioGeologicoC). Aunque la imagen puede variar según las condiciones meteorológicas y la actividad volcánica, desde esta cámara será posible observar directamente las manifestaciones que caracterizan al volcán más activo de Colombia, entre ellas, emisiones de gases, ceniza o incandescencias.

“En 1985, Colombia no pudo registrar en imágenes la erupción del Ruiz; hoy, cuatro décadas después, el SGC abre esta ventana al volcán para que el país lo observe tal como es: un sistema natural, vivo y en permanente transformación. Con este dispositivo podrán observar la actividad durante el día y la noche, ya que esta cámara cuenta con un sensor térmico”, explica Lina Marcela Castaño, coordinadora del OVSMA.  

Poner esta cámara disponible al público es una invitación a fortalecer la conciencia sobre la amenaza volcánica —no solo del Nevado del Ruiz, sino de todos los volcanes activos en el país—, y a reconocer que la gestión del riesgo volcánico es una tarea compartida. Hoy el país cuenta con un sistema de monitoreo robusto y confiable, pero también es clave una comunidad mejor informada, que se apropie del territorio y de ese conocimiento.

40 años fortaleciendo el monitoreo volcánico

Como una de las lecciones más valiosas que dejó la tragedia de Armero, Colombia fortaleció su capacidad técnica y científica para vigilar los volcanes activos del país. De esa experiencia surgieron los Observatorios Vulcanológicos y Sismológicos de Manizales, Popayán y Pasto, operados por el SGC, que hoy monitorean en tiempo real 25 estructuras volcánicas activas y mantienen comunicación articulada con autoridades y comunidades expuestas a la amenaza volcánica.

En el caso del volcán Nevado del Ruiz, el SGC ha consolidado una de las redes de monitoreo de la actividad superficial más completas y avanzadas de la región, compuesta por 16 cámaras instaladas estratégicamente a distancias que van de 4 a 30 kilómetros del cráter Arenas. Este sistema de monitoreo visual permite observar la dinámica del volcán y algunos de los ríos que nacen en sus laderas, transmitiendo imágenes y datos en tiempo real al OVSMA. Cada punto de monitoreo está integrado con cámaras de alta resolución, junto con sistemas de energía solar y transmisión telemétrica, diseñados para resistir condiciones extremas de frío, viento, lluvia y caída de ceniza.

Detrás de este sistema hay un equipo de profesionales y técnicos del SGC que desafían el clima, la altitud y la actividad del volcán para ascender con regularidad a las zonas de amenaza alta y mantener operativas las cámaras, garantizando la disponibilidad de estos datos. Mientras tanto, en la sede del  OVSMA, otros expertos procesan esta información para analizarla y evaluarla conjuntamente con datos sismológicos, geodésicos, geoquímicos, de sensores remotos. Es a partir de este trabajo minucioso, que une ciencia, tecnología y compromiso humano, que se diagnóstica la actividad del volcán Nevado del Ruiz y se establece su estado de alerta.

“La apertura de esta cámara permite acercar a los ciudadanos a Cumanday, uno de los majestuosos símbolos de los volcanes colombianos. Además, reafirma nuestro compromiso de continuar con el trabajo científico de observar, analizar y comprender la actividad volcánica con el propósito de salvar vidas y de poner a disposición de las comunidades la información geocientífica que contribuya a la apropiación de este conocimiento para que se use de manera responsable en la toma de decisiones”, concluye  Nathalia Contreras Vásquez, directora técnica del área de Geoamenazas del SGC.

Sobre el volcán Nevado del Ruiz y su historia eruptiva

El volcán Nevado del Ruiz está ubicado en la cordillera Central, entre los departamentos de Tolima y Caldas, en una zona influenciada por los sistemas de fallas Palestina y Villamaría-Termales, entre otras estructuras menores. Hace parte del Parque Nacional Natural Los Nevados, área protegida reconocida por su valor natural, geológico y paisajístico.

También conocido por sus nombres precolombinos Cumanday o Tama, tiene una altitud de 5.321 m s. n. m. Es un volcán compuesto, poligenético y de composición andesítica, con un cráter activo (Arenas) cubierto por un casquete glaciar y rodeado de fuentes termales. Forma parte de un complejo volcánico de 1,8 millones de años, junto a estructuras inactivas como La Olleta y La Piraña. En 2022, fue reconocido por la IUGS y la UNESCO como uno de los 100 sitios de patrimonio geológico mundial. Su historia eruptiva, de unos 66 mil años, se caracteriza por erupciones principalmente explosivas en los últimos 13 mil años, con un índice de explosividad volcánica (IEV) de hasta 3.

La erupción más recordada es la del 13 de noviembre de 1985. En esa ocasión, la erupción generó lahares que viajaron por los ríos Gualí, Azufrado y Lagunilla (por el lado del Tolima), y por los ríos Claro y Chinchiná (Caldas). Estos lahares, que se recuerdan como una avalancha, destruyeron Armero y afectaron gravemente las poblaciones de Villamaría y Chinchiná, en Caldas, cobrando la vida de más de 600 y 1.000 personas, respectivamente. Estos hechos evidencian que, además de la caída de material piroclástico y las corrientes de densidad piroclástica o “nubes ardientes”, una de las principales amenazas del volcán son los lahares, debido a la presencia de glaciares en su cima.