La celebración de la noche de Navidad en Ibagué no fue del todo alegre. Según el balance más reciente entregado por la Secretaría de Salud Municipal, el número de personas lesionadas por el uso de pólvora aumentó en las últimas horas con tres nuevos casos, lo que deja un total de 11 quemados durante diciembre en la capital tolimense.

El primero de los casos se registró el 24 de diciembre y corresponde a un hombre de 26 años, residente del barrio Ancón, en la comuna 2, quien resultó lesionado mientras manipulaba pólvora tipo mecha.

Según el reporte oficial, el ciudadano sufrió lesiones en la mano izquierda, con laceraciones y quemaduras de segundo grado y actualmente permanece hospitalizado en la Unidad de Salud de Ibagué, sede San Francisco.

El segundo hecho se registró el 25 de diciembre y dejó gravemente herido a un hombre de 55 años, habitante del barrio Villa Clara, en el sector El Salado, comuna 7, quien resultó lesionado mientras manipulaba un artefacto tipo tote.

El paciente presentó quemaduras de tercer grado con una extensión menor o igual al 5%, además de laceraciones, heridas superficiales y la amputación parcial del cuarto dedo de la mano izquierda.

Actualmente permanece bajo atención médica en una clínica de la ciudad.

Ese mismo día fue atendida una menor de 14 años, quien presentó quemaduras de segundo grado y una fractura en uno de sus dedos, luego de resultar afectada por pólvora tipo mecha.

La adolescente, residente del asentamiento Las Margaritas, se encuentra en observación en el Hospital Federico Lleras Acosta, a la espera de una valoración por cirugía de mano.

Debido a que se trata de una menor de edad, las autoridades activaron las rutas de atención correspondientes con la Policía de Infancia y Adolescencia, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y la Fiscalía General de la Nación, con el fin de establecer las responsabilidades del caso.

Por último Maricel Aguiar, secretaria de Salud (e) envió un mensaje a la comunidad ibaguereña para evitar nuevos casos, principalmente en menores de edad.

“Insistimos en que la pólvora no es un juego. Cada caso representa un riesgo grave para la vida y la salud, especialmente la de nuestros niños y adolescentes. La prevención es una responsabilidad de todos”.