¿Hubo ruptura política entre la alcaldesa de Ibagué y el exalcalde Hurtado?
El interior de la Alcaldía de Ibagué vivió un 2025 marcado por cambios y remezones políticos que dejaron entrever lo que para pocos era probable: el distanciamiento de la alcaldesa de la ciudad, Johana Aranda, y su mentor político, el exalcalde Andrés Hurtado.
Una relación que con el pasar de los meses mantuvo una incertidumbre constante y dejó grandes cambios en las principales secretarías y entes descentralizados, que tocaron directamente a figuras cercanas del hurtadismo y que fue definido como una muestra de independencia de Aranda.
El remezón tomó forma cuando se conoció la salida de tres importantes cargos al interior de la Alcaldía de Ibagué: Juan David Ortiz, exjefe de Comunicaciones; Jonathan Suárez, exsecretario de Infraestructura y primo de Andrés Hurtado; y, para cerrar la lista, Magda Gisela Herrera, quien fungía como secretaria General de la Alcaldía y mantenía una relación cercana con el exalcalde.
Pero los cambios no terminaron allí; estas salidas, que habían sido justificadas porque al parecer no estarían trabajando al ritmo que la Administración Municipal requería, solo fueron el punto de partida.
En los meses siguientes se conocieron las salidas de figuras relevantes del exalcalde Andrés Hurtado como Henry Torres, quien salió de la jefatura de Control Único Disciplinario, y Sebastián Perdomo, quien se despidió de la gerencia del IMDRI, entre otros secretarios, directores y jefaturas.
El punto de inflexión
Aunque después de dichos cambios hubo un par de meses de calma entre Aranda y Hurtado, unas declaraciones públicas del exalcalde reabrieron la caja de Pandora luego de que este dijera en un evento, con un mensaje bíblico, que las mujeres que no cuidaban lo que habían construido eran “tontas”.
El mensaje fue interpretado como un mensaje directo a la alcaldesa, provocando que la mandataria endureciera su posición de establecer su independencia, generando una nueva ola de salidas que dejó nombres relevantes como: María Isabel Peña, quien renunció a la Secretaría de Educación; Óscar Huertas, quien tendría una importante labor en el hurtadismo en su labor al frente de Infibagué; y para cerrar, Nataly Suárez Barrera, quien estuvo al frente de la dirección administrativa de la Secretaría de Educación y es prima del exalcalde.
Frente a este último remezón, Andrés Hurtado manifestó meses después en entrevista exclusiva en el Ping Pong que en ocasiones se cometen “equivocaciones”, haciendo referencia a sus declaraciones. Además de expresar que respetaba los cambios que hiciera Aranda y dejando claro que nunca trató de interponerse en el mandato de alcaldesa.
Este último hecho ganó fuerza después que en los pasillos del Palacio Municipal se empezará a rumorear que el ex alcalde estaría buscando tener peso en las decisiones de la Alcaldía de Ibagué al punto de ser calificado como una presión asfixiante del que la mandataria se buscaría desligar.
Aunque a lo largo de los meses se produjeron más salidas, uno de los episodios más comentados al interior de la administración municipal fue la decisión que tomó Aranda frente a Erika Palma. Si la mandataria optaba por apartarla por completo, el mensaje se leería como una señal clara de independencia; pero si, por el contrario, la mantenía en algún cargo, quedaría en evidencia que la relación política con Hurtado aún seguía vigente.
Y fue justamente lo segundo lo que ocurrió. Palma salió de la gerencia del IBAL, pero no perdió su lugar en el gabinete de Aranda, pues fue reubicada en la Gerencia de Proyectos Estratégicos de Ibagué. Una decisión que dejó entrever que la relación entre Aranda y Hurtado no estaría completamente rota.
Finalmente, la prueba definitiva que marcará el desenlace de esta novela política entre la alcaldesa Johana Aranda y el presidente del Partido de la U en el Tolima, Andrés Hurtado, será la definición de contratistas y cargos al interior de la Alcaldía de Ibagué para el año 2026. Allí se sabrá si las cuotas del exmandatario se mantienen o si, definitivamente, se consuma la ruptura política.