Gobernadora, por favor no se vaya a creer el cuento que es la mejor

La semana anterior fue publicado el Panel de Opinión de Cifras y Conceptos, versión 2025. Una importante medición que lleva varios años encuestando la forma en que los líderes de las regiones se informan y generan opinión a través de los medios de comunicación, y de las redes sociales, que cada vez ganan mayor fuerza en el espectro de internet. Diferentes percepciones fueron allí descritas. En lo político, en lo administrativo y en la opinión, toda vez que la medición se hace a manera de encuesta, según el gerente de la firma, César Caballero, apuntándole a lograr describir lo mayor posible la realidad del país, y especialmente de las regiones.
Esta vez, y por segundo año consecutivo, la gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, ocupó el primer lugar en la medición por la gestión desarrollada hasta el momento, y para el caso de la Alcaldía de Ibagué, Johana Aranda quedó en el top 10 de las mejores alcaldías de Colombia. Aunque la noticia llega como un bálsamo y fue motivo de celebración por ambas mandatarias, aquello no puede distraer ni ser sobredimensionado, especialmente por la gobernadora Matiz, a quien sus secretarios de despacho recibieron con arengas al salir de un ascensor, llegando a la sede del llamado Palacio del Mango.
Y es que no es un secreto que el Tolima, al igual que la mayoría de los departamentos de Colombia, tiene múltiples necesidades, y a veces pareciera que hay funcionarios del gobierno departamental que no están conectados con el impulso de la mandataria, pero tampoco con la realidad del departamento y el sentir de los tolimenses. Hay secretarios a quienes no se les conoce la voz, y en cambio, hay otros que ya rayan en la farandulería del TikTok y las redes sociales. Preocupa mucho, por ejemplo, que para la próxima semana, que arranca octubre, el PAE en el departamento no esté garantizado, y, peor aún, que el tema dependa también del gobierno Petro, el cual está más interesado en libertar Palestina que en gobernar su propio país. En el caso de la Gobernación del Tolima, la gobernadora Matiz no puede creerse el cuento de que es la mejor de la mejor, no porque no lo sea, sino porque la realidad de nuestro terruño indica que tenemos todavía serios indicadores de pobreza multidimensional, y ni una sola obra de alto impacto en ya casi dos años de su mandato.
Este tipo de reconocimientos y mediciones deben generar en quienes allí aparecen como “los mejores” mayor compromiso, mayor fuerza de trabajo y mayor humildad, porque cuando la humildad se pierde, el funcionario público deja de “funcionar” para servirse a sí mismo, olvidando incluso las promesas de campaña, y los besos y los abrazos dados en cuanto evento público aparecía.
Ojalá que, para el próximo año, el Panel de Cifras y Conceptos pueda recoger mejor las percepciones, incluso en el tema de los columnistas más leídos, pues en el Tolima apareció el nombre del colega Jaime Eduardo Reyes dos veces, el de los exgobernadores Orozco y Barreto (quienes son políticos y no columnistas, y no escriben desde hace tres años), el de un profe catedrático que ni siquiera conocemos en el Tolima, pues es del Huila, según me dijo el mismo César Caballero, y el de otras personas que si bien han hecho opinión en el pasado, actualmente se encuentran alejadas de aquellos temas desde hace varios años.