“Su elección estaba cantada y el Tribunal fallando en derecho plantea que hubo irregularidades”: Félix Salgado

El Tribunal Administrativo del Tolima ordenó en sentencia, la anulación del acto administrativo de elección del rector de la Universidad del Tolima, Omar Mejía Patiño, designado en el cargo mediante acuerdo número 018 del año 2016, siendo posteriormente elegido como rector interino a través del Acuerdo número 021 del mismo año, en el que igualmente el Consejo Superior realizó modificaciones al Estatuto General suspendiendo la vigencia de los principios estatutarios, institucionales, legales y constitucionales como la de elegir y ser elegido y participación democrática, estableciendo un periodo de transición por el término de 12 meses.
Félix Salgado, profesor que promovió este fallo en primera instancia, explicó que argumentó 5 elementos ante el Tribunal, entre ellos que Mejía Patiño estaba inhabilitado para participar en la elección pues no se podía hacer alusión a un ‘rector interino’ pues con el nombre que sea él era quien tomaba las decisiones al interior de la UT y eso lo inhabilitaba.
“Él tomó decisiones, participó y fue elegido, la decisión de su elección estaba cantada y el Tribunal fallando en derecho plantea que hubo irregularidades, Mejía estaba inhabilitado porque estaba al frente de la Universidad y podía hacer uso de ese poder para promoverse como efectivamente sucedió. Hay otro aspecto en el que el rector propuso que se suspendiera los periodos de elección incluyendo los miembros del Consejo Superior y se prolongaron el periodo siendo los mismos que votaron a favor de Omar Mejía”.
El profesor salgado afirmó que también se violó la Constitución y el debido proceso, esos argumentos fueron los que llevaron al Tribunal a tomar la decisión de anular el nombramiento del rector.
En cuanto a las declaraciones de la secretaria de Planeación, Olga Lucía Alfonso Lanini, comentó que si bien la Gobernación tiene una concepción de que la universidad estaba ‘patas arriba’ obedece a una visión financiera y administrativa pues pese a los problemas la UT seguía en funcionamiento y estaba catalogada dentro de los rankings nacionales e internacionales.
“Ese cuento de que estábamos ‘patas arriba’ fue usado para suspender los procesos democráticos y fomentar la toma de decisiones dictatoriales y el terrorismo de que si alguien habla de una vez es trasladado o lo sacan de la UT, afortunadamente el proceso cayó en manos de tres magistrados con amplia experiencia que nos dieron la razón”.
El profesor recalcó que en una Universidad existen diversos procesos que no solo pueden recaer solamente en lo económico y afirmó que nadie ha llegado a salvar la UT sino más bien a condenarla.