Pasar al contenido principal
Econoticias y Eventos
Opinión
COMPARTIR
Se ha copiado el vínculo

Voto Militar: Qué es, qué implica y por qué tanta controversia

Una democracia, en la cual no todos ciudadanos puedan votar, no se le puede llamar una democracia real. Por: Ricardo Ferro.
Imagen
Crédito
Suministrada
3 Mar 2020 - 7:23 COT por Ecos del Combeima

Reconozco que en el debate nacional, mi propuesta -no del presidente, ni de la bancada- tuvo mucha controversia. Y es por ello, que quiero profundizar algunos puntos con ustedes sobre este tema.

Nuestra propuesta tiene un objetivo fundamental: permitir el sufragio universal - que por derecho, nos corresponde a todos-. Por lo mismo, si actualmente en nuestro país todos los ciudadanos podemos votar a excepción de los miembros activos de la fuerza pública, pues era evidente que el debate se centrara en abrir las urnas a los militares y policías del país.

Pero ojo, una cosa es permitirles votar, y otra muy distinta permitirles que ejerzan roles políticos o que puedan postular su nombre a cargos públicos, estando aún en servicio.

Debemos pensar, y en esto quiero ser reiterativo, que en Colombia no podemos estar hablando de paz, si no tenemos garantizado el mínimo acceso al sufragio universal de todos nuestros ciudadanos mayores de edad, sin distinción de raza, sexo, condiciones sociales o creencias religiosas. Tal y como lo dicta nuestra Constitución.

Pero además, no debemos  subestimar la capacidad de patriotismo, subordinación y disciplina con la que cuentan los hombres y mujeres de nuestra fuerza pública.

No es acaso paradójico, que quienes son el pilar de la democracia y velan cada día por ella, no hagan parte activa de esta. Y es que, el debate no gira entorno a sí el militar puede o no votar, el miedo que genera nuestra propuesta en la escena política del país, es que nuestras fuerzas puedan llegar a “politizarse”, algo que por supuesto no resultará; y no resultará, porque nuestros militares, han sido educados bajo la premisa del respeto al estado.

Cuando nosotros analizamos el mapa mundial del voto militar, por ejemplo, en América Latina, solo Colombia y países como Paraguay, Honduras , República Dominicana y Guatemala, mantienen este veto. Sin embargo, países como Estados Unidos, pionero en voto militar y uno de los más activos en temas de defensa y seguridad en el mundo, por ejemplo facilita el día de las votaciones, las urnas, llevándolas a cada dependencias militar para que voten.

 O ejemplos como el de Argentina, quienes luego de haber sufrido una cruenta dictadura, entre el año 1976 y 1983, otorgaron la posibilidad al voto de sus militares. Mismo escenario en Chile, en donde este derecho prevalece para los uniformados.

Yendo un poco más lejos, en este momento todos los países miembros de la Unión Europea, permiten a sus fuerzas militares ejercer el voto, sin ningún tipo de dilación ni titubeos, entendiendo que son ciudadanos y pueden hacerlo.

Así las cosas, en un país donde no hay sufragio universal, no es coherente que se sigan proponiendo reformas políticas cuyo único objetivo es permitir el “transfuguismo”, es decir, permitir esa recurrente práctica de la que hacen uso los políticos para cambiarse de un partido político a otro y así garantizar la reelección en la siguiente contienda.

Eso es algo así, como un “vampiro” que se cansó de chupar la sangre en un lado, y quiere ir a chupar más en otro. Es un ataque directo a la institucionalidad. La culpa, al final no es de los partidos políticos, sino de las personas que hacen parte de los mismos. El partido deja de ser bueno cuando los que lo representan son malos. Permitir que los políticos que han desprestigiado x o y partido se vayan para otro, es patrocinar las microempresas electorales, mientras debilitamos los partidos.

Una  reforma política sería debe arrancar por el debate del voto universal, debe arrancar por proponer que personas que luchan por su país, que han sacrificado tiempo e incluso muchas veces sus vidas por nuestra seguridad, tengan el derecho a votar.

No más miedos, ni dilaciones, a algo que se viene pidiendo a gritos desde hace muchos años. Y en lo cual pienso, estamos en mora. La política tiene que encaminarse hacia grandes cambios estructurales.

Saque de Banda: acá no se trata de que el voto a los militares se los otorgue un gobierno de derecha, de centro o de izquierda, sino que sea el país el que les devuelva ese derecho. “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”. Ojalá y antes de 2032 podamos ver votar a los militares en Colombia, es decir, ojalá y por fin, tengamos sufragio universal completo en nuestro país.

 

 

 

 

 

 

 

 

También te puede interesar estas columnas

Ellos, los chinos, están conquistando el mundo de una manera silenciosa pero progresista, donde sus destinatarios son beneficiados con cooperación y apuestas económicas.

Lo que, a la alcaldesa, su equipo de gobierno y su jefe político no previeron, es que, en el desespero por distraer la atención, esparcieron el fuego del malestar que tenemos los ibaguereños por lo mal administrada que está la ciudad.

Colombia se prepara para un intenso ciclo electoral con las venideras elecciones a Congreso en marzo y presidenciales en mayo de 2026.

Y aunque el caso de Nury, al igual que el de la enfermera Diana Carrero, tristemente resultan siendo uno más en la larga lista, este país reclama acciones urgentes en defensa de la mujer. Según la Defensoría del Pueblo durante el 2024 fueron asesinadas 745 mujeres y de ese dato, 44 fueron niñas y preadolescentes. Lo aterrador del asunto es que habitualmente los verdugos fueron novios y esposos en más de 26.000 casos de violencia de pareja que se presentaron, aumentando en un 23% en comparación con las cifras del 2023.

El enfoque del actual gobierno parece carecer de la planificación y la capacidad técnica necesarias para enfrentar las múltiples crisis del país.

Pero otro camino de esta revolución cultural es enfrentar ese equivocado mensaje de la “tiranía del mérito” que vienen acuñando las lógicas “woke” progresistas.

¡Lo volvió a hacer! El representante a la Cámara, Gerardo Yepes hace méritos para obtener el título de indisciplinado del año al interior del partido Conservador.

¿Cómo es posible que, a pesar de contar con presupuestos, políticas y documentos que advierten sobre la importancia de tomar medidas, aún no tengamos campañas bien estructuradas para reducir el consumo de agua?

Hemos sido engañados, por altos estamentos nacionales quienes desconocen y pretenden minimizar las grandes falencias de este “antisistema de salud” fundamentado sobre la intermediación financiera.