Trágica muerte de una estudiante de medicina
Carol Isabel Bermúdez tenía 18 años y se había destacado por ser una persona que irradiaba una inmensa alegría, reflejada en esa amplia sonrisa, pero dentro de su corazón guardaba una honda depresión que la llevó a tomar la decisión de acabar con su vida y con las ilusiones de sus padres de poderla ver algún día vestida de toga y birrete, sosteniendo en sus manos el cartón profesional como médico.
La joven según versiones, había planeado su partida de este mundo y para tal fin dejó en su casa del sector de Suba al noroccidente de Bogotá, una carta de despedida contando probablemente los motivos de su terrible determinación.
Bermúdez se alistó, tomó algunas pertenecías, arrugó unos billetes y los introdujo en una mochila y salió de su hogar calladamente, para que sus parientes no fueran a sospechar absolutamente nada y salió de Bogotá rumbo al departamento de Santander a cumplir con lo que ella anhelaba, quitarse la vida.
Sus parientes al notar su ausencia, la reportaron como perdida y en esa búsqueda incansable duraron diez días, hasta que se enteraron que la habían encontrado flotando en las caudalosas aguas del río Suarez.
Efectivamente el día que llegó la estudiante de Medicina de la Universidad Juan N. Corpas de Bogotá a Santander, se dirigió al afluente que había conocido con sus padres en un paseo y se lanzó entregándole su existencia a las aguas.
La estudiante había estado hacía un tiempo bajo tratamiento psicológico en una fundación.