La sensibilidad de un método de análisis es la cantidad o concentración mínima detectable de una sustancia, y actualmente podemos afirmar que incluso a niveles tan bajos como partes por trillón (ng/kg) todo es detectable.

Entonces, ¿Si hacemos un análisis químico de una Coca-Cola podemos conocer su composición? La respuesta general es sí, pero requeriría muchísimo esfuerzo e inversión por parte de una compañía.

A pesar de que sería posible utilizar un HPLC para averiguar su composición y así obtener unas proporciones aproximadas de sus ingredientes, con eso sólo tendríamos una pequeña parte del puzzle.

Es cierto que los ingredientes de la Coca Cola no son un misterio, ya que puedes localizarlos en la etiqueta de cualquier botella o lata de este refresco. Básicamente se trata de una mezcla de agua con azúcar e hidrolizados.

Sin embargo, debido al proceso de caramelización que se presume que es una parte de ese agua con azúcar, todo ello produce un mix de polímeros polidispersos de algo que no parece tan fácil de averiguar. Por esa razón, los picos de HPLC no serán limpios y sus datos de MS/MS serán muy ruidosos.

Un análisis químico básico de una Coca Cola daría como resultado una gran cantidad de azúcar, pero arrojaría ningún tipo de luz sobre los azúcares complejos.

Además, se sabe que la compañía hace cosas bastante extrañas durante sus procesos de producción para mantener a salvo sus secretos comerciales. De esta forma, nadie conoce toda la cadena de fabricación (a excepción de sus creadores).

Sin embargo, hay dos hechos innegables en el proceso de fabricación de la Coca Cola: por una parte, existen una gran cantidad de procesos y componentes que circulan alrededor del mundo para que nadie sepa cuál es el secreto de este refresco; por otra, hay un componente clave que se encuentra entre el pH 2,0 y 2,5.

De acuerdo con la EPA (Agencia de Protección Ambiental, en inglés), los residuos corrosivos son todos aquellos que tienen un pH inferior a 2,0 y mayor a 12,5. ¿Por qué 2,0 y no 2,5? Porque Coca Cola dijo a la EPA que no sería bueno para el negocio conducir camiones con un letrero que pusiera “corrosivo”. Y, al parecer, este último dato es vox populi.

Además, el pH de la Coca Cola clásica es de 2,52, una cifra peligrosamente cercana a 2,50.

Como comentábamos al principio, la caramelización es un proceso tremendamente complicado que puede variar en función de cómo se añadan los ingredientes o la cantidad que haya de los mismos.

Así que, como podéis comprobar, averiguar la fórmula de la Coca Cola mediante un análisis químico no es tan sencillo como parece.