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Lo bueno, lo malo y lo feo del microcrédito femenino

Según el Banco de la República para 2024 se espera un incremento moderado entre 9.3% y 12.4%, lo que significa que miles de colombianos emprenderán.
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En materia de crédito  la cantidad solicitada por las microempresarias el es $8.100.000, el monto mínimo es $1.350.000 y el monto máximo es $26.000.000.
18 Mar 2024 - 7:44 COT por Alfonso Aya Roa

Hoy en Colombia un microcrédito de apenas $1.350.000 marca la diferencia, para que una mujer pueda capitalizar su negocio y si no los tiene tomar la dolorosa decisión de cerrar. Esa es la conclusión de un sondeo realizado por la reconocida cooperativa de ahorro y crédito Fincomercio, para establecer el comportamiento de los créditos de bajo monto en la población femenina, como una forma de rendir homenaje a la fuerza y el liderazgo de ellas en este mes de marzo, que históricamente celebran su día. 

Lo bueno: el uso del microcrédito por parte de las mujeres

Para empezar, 7 cifras que dejan al descubierto el nivel educativo de las microempresarias 53% bachiller, 15% profesional, 13% técnica, 11% solo tiene primaria,  4% tecnóloga,  3%, cursos no formales y solo 1% tiene especialización.

Lo anterior, no es obstáculo para que miles de mujeres elijan el microcrédito como su herramienta de financiación para hacer empresa, generar empleo y construir su libertad financiera. En ese sentido, el sondeo revela varios hallazgos que van desde: el monto mínimo, máximo y promedio que solicitan las microempresarias para fortalecer sus negocios cuando ya llevan un año de existencia, el estrato al que pertenecen y su ubicación geográfica.

En cuanto a la cantidad solicitada por las microempresarias el monto promedio es $8.100.000, el monto mínimo es $1.350.000 y el monto máximo es $26.000.000. Respecto al plazo, lo mínimo son 6 meses y lo máximo son 56 meses.

49% pertenece a estrato 3 y 32% están ubicadas en 2. En estrato 1 está el 14%. Al revisar los estratos 4, 5 y 6 los 3 suman 5%.

Respecto a las solicitudes, Bogotá tiene el liderazgo con 83%, Cundinamarca 8%, Huila 8%, y Montería 1%.

En los últimos 5 años la cooperativa observa un incremento significativo en las solicitudes de microcrédito en las mujeres. En 2023 es de 58%, mientras que entre 2019 a 2022 el promedio fue 51%.

“Con este sondeo destacamos el papel de la mujer microempresaria, dado que desempeña un rol fundamental en la economía nacional y la generación de empleo. En la cooperativa, nos hemos comprometido a brindarles atención especial, modelos flexibles, productos a la medida porque su progreso contribuye al desarrollo socioeconómico del país que es nuestra razón de ser”, afirma Rodrigo Duque, director crédito y agro de Fincomercio.

Los 3 motivos por los que las microempresarias solicitan créditos son:

Para ampliar su producción

Adquirir maquinaria o materias primas

Mejorar la infraestructura de sus negocios renovando locales o equipamiento

Lo malo: los 5 miedos que paralizan a las mujeres

Este sondeo permite establecer el top 5 de miedos que dicen tener las microempresarias:

Miedo a empezar desde cero

Pavor al fracaso por falta de educación

Temor al rechazo social

Pánico ante la falta de capital

Susto de incursionar en un sector con mucha competencia

“Lo realmente destacable es que las mujeres enfrentan sus miedos y hacen crecer sus negocios con microcrédito. Este recurso de financiación está disponible desde cualquier región del país con bajas tasas de interés, financiamiento desde 1 salario mínimo y proceso de solicitud flexible”, narra Duque.

Lo feo: las barreras del sistema para la mujer

Según los resultados, las mujeres enfrentan no solo sus propios miedos internos, sino también las barreras del sistema que dificultan su acceso a microcréditos. Por ejemplo:

Inclusión financiera limitada: sea por falta de acceso o grandes requisitos.

Ausencia de historial crediticio: falta de experiencia para demostrar su capacidad de pago.

Tiempo dedicado al hogar: según la CEPAL, la mayoría de las mujeres dedica 7 horas diarias a las actividades domésticas y cuidado no remunerado, frente a 3.5 horas en los hombres.

Machismo y patriarcado: actitudes sociales que subestiman su papel.

Baja formación académica: dificultando el desarrollo de habilidades empresariales básicas.

Falta de empoderamiento: dudan de su capacidad para liderar un negocio exitoso y controlar sus vidas financieras y empresariales.

Desempleo: escasez de oportunidades laborales para demostrar experiencia y habilidades.

Bajos recursos económicos: las mujeres dicen que sin dinero se sienten aisladas y carentes de redes de apoyo.

Falta de experiencia laboral: asunto que resta puntos para la gestión efectiva del préstamo.

Desconocimiento de las condiciones del crédito: la llamada letra pequeña puede llevar a decisiones financieras poco informadas y peligrosas para el negocio.te y motivadora”.