Lote de la Cámara de Comercio de Ibagué, ¿Sólo sirvió para sepultar un megaproyecto?
Los momentos de reflexión que ahora se viven con el aislamiento por cuenta del covid-19, nos están obligando a pensar, ¿qué hubiera pasado, si desde el 2012 año en que la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Ibagué autorizó la negociación del lote donde se construiría el centro de convenciones que generaría cerca de 800 empleos entre directos e indirectos y cuyo valor podría ascender a los 50 mil millones de pesos, a nuestros días fuera una realidad? Seguramente estaríamos orgullosos de un megaproyecto que habría generado dinámica ferial y de eventos, desarrollo regional, emprendimiento y competitividad. De paso, tendría a Ibagué bien posicionada en el contexto nacional.
Todo comenzó en marzo de 2012 en el marco de una reunión extraordinaria de Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Ibagué, presidida en ese entonces, por Andrés Aníbal Sierra, en la que se autorizó la compra de cinco hectáreas y una más en donación, para un centro de investigaciones con Unibagué a la familia Palau, propietaria de la Hacienda El Escobal, a través de la sociedad Inversiones Agropecuarias Doima S.A., por valor de $400 millones con recursos públicos del tejido empresarial de esta seccional en la capital del Tolima. Se anunciaba con bombos y platillos la participación en esta iniciativa de la Gobernación del Tolima y la Alcaldía de Ibagué. Que se gestionarían recursos con el Fondo de Promoción Turística y se alcanzó a mencionar de una partida de 20 mil millones en el Plan Nacional de Desarrollo. Leer también: Centro de convenciones y eventos estaría en la 147.
Pasaron los años y este proyecto naciente nunca creció ni ha podido ser una realidad. A pesar que el director ejecutivo de Cotelco Tolima de la época, Héctor Bohórquez, se opuso al mismo, por considerarlo muy lejano de la infraestructura hotelera de Ibagué, - el lote se ubica en la trocha de la calle 147, antigua vía a Doima -, el presidente ejecutivo de la época, Guillermo Espinosa, junto al presidente de la Junta del 2012, Andrés Sierra, por instrucciones de la junta directiva, aprobaron la firma de la promesa de compraventa de una polémica L cuyo frente de 40 metros colinda con el cementerio de Picaleña, sin vías de acceso desde el lote de la Policía Carabineros que nunca se construyeron y cuyo principal frente, denominado antes Lote Ancianato, lo compró el actual miembro suplente de Junta Directiva del ente gremial, Noel Alejandro Gómez, a través de su firma Promotora y Constructora Deconstructec S.A.S., junto con otras dos personas naturales, el 25 de julio de 2011 por $300.000.000, según escritura pública 714 de la Notaría Octava de Ibagué. Gómez funge también como presidente de la Comisión de Infraestructura de la CCI ¿Conflictos de interés en este fallido proyecto?.
Al parecer, para Gómez no pasó desapercibida la importancia de hacerse al lote Ancianato puesto que fue invitado a la Junta Directiva de Inversiones Agropecuarias Doima S.A. el primero de agosto de 2011 por la familia Palau como presidente de la Lonja de Propiedad Raíz de Ibagué según el acta 124 que reposa adjunta en las escrituras que sustentan la compra venta del lote del cementerio de la CCI; Gómez incidió en dicha Junta ya que aseguraba que “se espera que en los primeros meses del año 2012, sea ratificado por el Concejo. Considera, que la gestión de la Sra. María Cristina Palau, está haciendo con los candidatos para motivarlos a la importancia del centro de convenciones, el cual ya está aprobado en los predios de la Hacienda El Escobal, sea tenido en cuenta por el que sea elegido Alcalde, de acuerdo, al proyecto que tienen el actual Alcalde, Gobernador y la Cámara de Comercio de Ibagué (…)”. En esta reunión Noel Alejandro Gómez supo que el precio fijado para la venta de la L a la CCI sería de $80 millones por hectárea, por lo cual se presume pudo ser lobbysta del mismo y por ello compró la mejor parte de la tierra que le hubiera dado quizá una mejor fisonomía al lote actual, a pesar de su mala ubicación para este tipo de servicios de turismo de eventos, casi 8 meses antes de que Sierra y Espinosa lograran la aprobación de la compra venta en la reunión extraordiaria de la CCI.
Pues bien, el negocio con la CCI se firmó el 11 de diciembre de 2012 por $400.000.000 entre Inversiones Agropecuarias Doima S.A. y la Cámara de Comercio de Ibagué, con escritura pública 2989 de la Notaría Cuarta, y trae consigo una cláusula quinta que obliga al ente gremial a que este predio en L sea utilizado solo para la construcción y desarrollo del Centro de Eventos, Convenciones, Congresos, y Recinto Ferial de Ibagué, así como el proyecto de investigación académica de Unibagué que nunca se realizaron. Asimismo se insistió en un uso específico para funciones de las cámaras con una aclaración que solo firmó la presidente (e) de la CCI de la época, Sandra Ligia Pinzón, y no el representante de la familia Palau, el 21 de marzo de 2013 con la escritura pública 0647 de la misma Notaría Cuarta, cláusula que hoy por hoy puede ser leonina para los intereses económicos de la CCI con el futuro Centro Multipropósito de Ibagué, que ya no será en este lugar, sino que se ubicaría en un sector más central y de mayor proyección actual, como lo es la 103 con Perales.
Producto de estas malas decisiones administrativas de la época en las cuales no quisieron intervenir Silverio Gómez ni Luis Alfredo Huertas, ya que el lote del cementerio de Picaleña de la CCI incluso fue descartado por estudios que hiciera el mismo ente gremial en años pasados. Ante esto surgen dudas de si hay miembros de la actual Junta Directiva que han pretendido inyectarle recursos millonarios de los empresarios a este lote como salvavidas a la mala decisión de comprar un mero lote de engorde, que no es el objeto social de una Cámara de Comercio. Podríamos estar frente a lo que podría denominarse un descalabro inmobiliario, con un elefante blanco que nunca vio la luz, comprado con recursos públicos, donde se evidencian intereses privados en favor de los dueños de zonas donde nunca debió comprarse tierras, que sólo están sirviendo para sepultar un fracasado megaproyecto.
Todo no puede ser oscuridad. Los ibaguereños tenemos puestas las expectativas en el Coliseo Mayor del Parque Deportivo, que parece si será una realidad, y permitirá que la ciudad cuente con generosos espacios para eventos deportivos, culturales, feriales, empresariales y musicales, entre otros, que nos permita mitigar la frustración del fracaso de las grandes obras de infraestructura que nos han ilusionado y que tanto necesita la ciudad. Amanecerá y veremos.
Puntos Finales.
Primero.- 25.1% desempleo para Ibagué. Asusta y preocupa cantidades, se mantiene la tendencia.
Segundo.-A Rubén Darío Correa mi mensaje de solidaridad, por el riesgo al que se expone al denunciar y desenmascarar a los corruptos que se mimetizan en la política.