Ibagué ciudad de oportunidades
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Excepcional apuesta lanzada en el JW Marriott Bogotá, donde lo mejor fue la buena impresión dejada por la administración municipal en su inusual pero maravillosa presentación, apoyada siempre con acciones y buenos indicadores.
Ya conocíamos de la buena vibra y liderazgo que tiene la mandataria local, que durante este conversatorio también enseñó cómo se trabaja en equipo dando paso a sus funcionarios para que hicieran lo propio. Ella como su equipo arrancaron su presentación con el último y quizá mejor de los indicadores que puede presentar una ciudad excampeona nacional del desempleo, con una tasa de desocupación de un solo digito después de décadas de estar por encima de la media nacional en 4, 5 y hasta 6 puntos, para luego y hábilmente pasar a mostrar también la megaobra hídrica que sin lugar a duda debe resaltar, si se tiene, cualquier ciudad emergente y ávida de inversión como lo es Ibagué; ya para cerrar con broche de oro, fue muy acertado mostrarse como una ciudad segura en medio de un ambiente nacional tan hostil como el que vive hoy Colombia, y terminar presentando una serie de incentivos y apuestas locales en procura de esa gran apuesta llamada Ibagué.
Todo lo sucedido allí, parecía la premonición de esa nueva ciudad que se levanta después de haber tocado fondo hace poco más de una década, y que hoy se desvive por recuperar el tiempo perdido, invitando y dando razones suficientes para que el empresariado nacional vea en Ibagué esa ciudad de oportunidades.
No en vano, y ante la palabra cedida por el organizador Juan Pablo Sánchez al exministro del periodo Duque, José Manuel Restrepo, se vio tambalear y casi caer de su silla al exministro de la era Petro, Mauricio Lizcano; momento jocoso que dio apertura al mejor de los conversatorios que se pudiese dar en torno al gran momento que vive Ibagué y el Tolima ante los ojos de cualquier empresario nacional o internacional, como destino de sus inversiones.
Y efectivamente el exministro Restrepo entró pisando fuerte y advirtiendo que el momento de Ibagué era fascinante pero que su futuro debería ser aún más desafiante, que no se podía avanzar en solitario y que su estrategia debería conjugar con la de la gobernación y viceversa, e ir de la mano con el sector privado y la academia haciendo apuestas de desarrollo productivo y de servicios basados en el conocimiento, aprovechándose de su ubicación logística privilegiada, vocación agraria pero ante todo de su talento humano, con encadenamientos productivos y vocación exportadora, pues el Tolima incluyendo a Ibagué representa casi en 3% de la población nacional y sus exportaciones escasamente el 0,3%.
Por su parte Camilo Sánchez actual presidente de los gremios enfatizó en la gran oportunidad que representa para Bogotá, todo lo bueno que está pasando con Ibagué, pues más allá de su cercanía, clima y servicios públicos, la ciudad tiene talento conectividad, economía y buenos incentivos, pero especialmente la convicción plena de lo que está haciendo y procurando.
Lizcano, que gusta como político y empresario, reconoció la importancia de la gran empresa para el desarrollo económico de los territorios, pero llamó puntualmente la atención para fortalecer también al empresariado local ya existente así fuese pequeño, garantizándole una conectividad plena y un ecosistema eficiente que favorezca también al emprendimiento y la innovación, con nuevas tecnologías y el fortalecimiento del capital humano. Finalmente, y como para congraciarse con Ibagué, dijo el exministro, que era muy importante para la ciudad que llegaran empresas como Farmatodo, Crepes & Wafles, Frisby, etc., pero que también tocaba cuidar los Carnaval del Pollo y otros muchos empresarios que han construido ciudad durante muchos años. No solo es construir de afuera hacía adentro, es también hacerlo de adentro hacia afuera, concluyó.
Lo más interesante del presidente de la Andi Bruce Mac Master fue haberse sentido aludido ante el reclamo del exministro Restrepo a la ciudad, por haberse dado el lujo de perder la Zona Franca de Ibagué, ya licenciada y en ejercicio, por falta de apoyo del sector privado; replicando Bruce que la inversión privada llegaba casi siempre donde las oportunidades fueran reales. Discusión que cerró Lizcano al proponer reactivarla, aprovechándose precisamente de esas nuevas fortalezas de ciudad, entre otras de la plena conectividad, la garantía en servicios públicos, su ubicación y especialmente los excelentes precios de la tierra frente a Bogotá, Medellín o Cali.
Pero finalmente, a todo señor todo honor. Ibagué está en mora de reconocer la apuesta de ciudad realizada por empresarios como Augusto Salazar, allí presente, quien además viene sirviendo de referente nacional para entender ¨el cómo aprovecharse de ese Ibagué que lo tiene todo¨, según él. Mis respetos arquitecto, usted parece todo un embajador.