Cuídese
Con la apertura del comercio de forma paulatina, que involucra el cumplimiento de protocolos de diversa índole, se hace necesario reflexionar sobre la obligación natural que todos tenemos de continuar cuidándonos. Más allá del cumplimiento de la norma, que fija unos parámetros para reactivar la economía, lo verdaderamente importante es que todos los actores involucrados interioricen y apropien las medidas que se disponen para tal fin.
Si bien es cierto, los gobernantes en su mayoría han actuado de manera oportuna al establecer todas las medidas restrictivas que evitaran el crecimiento exponencial del virus, también es cierto que persisten comportamientos poco virtuosos que evidencian el poco grado de comprensión, solidaridad, empatía, respeto, reciprocidad y responsabilidad de una parte de la población.
Pese a los esfuerzos de las autoridades por mantener el orden, seguimos viendo a diario las múltiples excusas para incumplir las medidas, y es prácticamente imposible lograr que haya una obediencia colectiva total. El toque de queda los dos primeros fines de semana de mayo, protegió la vida y la tranquilidad de muchas personas, que de no haberse decretado, estarían contagiadas, maltratadas o muertas debido a que el día de la madre tristemente es un día de altos índices de violencia y genera contactos físicos favoreciendo la transmisión del virus.
La región posee las camas suficientes para atender el pico de contagios que se viene y no va a ser posible poner un policía por habitante para garantizar el autocuidado. El 1 de Junio se viene la apertura de nuevos sectores y para el caso de Ibagué, tendremos la libertad de mantener el confinamiento. Es un voto de confianza para poder dar inicio a la reactivación económica, esperando que los dos meses de confinamiento obligatorio, hayan servido para crear nuevas rutinas de auto cuidado en todos los escenarios de la vida posibles. Ya tenemos bastante contexto de todos los cambios que vienen y en definitiva, mientras no haya vacuna, la vida como la conocíamos no volverá a ser igual. La velocidad de contagio y la celeridad de un desenlace fatal es tan aterrador, que sí o sí debemos poner en práctica nuestras virtudes y valores. Más allá de la dialéctica, los quiero invitar a reflexionar sobre la idea de sobrevivir y continuar una vida con un enfoque diferente en nuestro relacionamiento con el medio ambiente y con nosotros mismos.
Más allá de la elaboración de protocolos para obtener el permiso, los empresarios estamos llamados a convertirlos en una realidad independiente de tener o no una visita de la Secretaria de Salud. Cuidemos a nuestros colaboradores y sus familias a través de dotar de todos los elementos que garanticen que puedan hacer sus labores de manera segura. Es muy importante que el colaborador también comprenda que la implementación del protocolo es un esfuerzo no solamente económico, pues su implementación tiene un costo, si no también un esfuerzo por mantener los negocios y el empleo y la vida misma de todos. Aquí se pone de manifiesto valores reciprocidad que supone una una preocupación autentica por el prójimo y su dignidad. La compasión que exige un comportamiento altruista que supere el deseo egoísta de propender por la propia supervivencia y el cuidado de sí, que según Foucault, comprende cambiar la mirada llevándola desde el exterior hacia el interior de uno mismo, lo que requiere atender más a lo que se piensa y al cuidado de uno mismo a través de acciones que permitan hacerse cargo de sí, tales como estar en silencio, meditar, escribir o hacer examen de conciencia y así lograr comprender que cuidarme implica conocerme y en consecuencia respeto y cuido del otro. Finalmente la solidaridad, con la que se practica también el cuidado del otro, “partiendo del más fuerte hacia el más débil, marca el rumbo de la acción de la conducta moral, ética y bioética que potencia el ejercicio político para el bien común, necesario para garantizar la supervivencia de la especie en este momento histórico (El cuidado de sí y de los otros en Foucault, principio orientador para la construcción de una bioética del cuidado* Garcés Giraldo.2013). Nuestro momento histórico es ahora, así que los invito a interiorizar y practicar estos valores y así contribuir a garantizar el cuidado colectivo que nos permitirá reactivar la economía. El reto ahora es no desperdiciar la oportunidad que nos presenta la vida para continuar viviendo de una forma segura y valiosa al descubrir que podemos ser diferentes y convivir en armonía con la naturaleza y el universo, haciendo uso del cuidado de nosotros mismos y de nuestro entorno.
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