¿Qué nos pasa?
La Ley 1955 de 2019, “Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022: “Pacto por Colombia, pacto por la Equidad” en su artículo 268 establece un régimen especial en materia tributaria con la creación de las Zonas Económicas y Sociales Especiales (ZESE), visualizándose como la gran oportunidad del gobierno para disminuir el desempleo, la informalidad, el deterioro de las condiciones de vida y los altos niveles de pobreza en los departamentos de Norte de Santander, la Guajira y Arauca, y las ciudades de Armenia y Quibdó. El anterior artículo fue reglamentado por el Decreto 2112 del 2019, es decir se da luz verde a la medida.
Ante este panorama donde no aparece el Tolima y tampoco su capital Ibagué, con sobrados méritos para haber sido incluida en dicho artículo, la bancada tolimense en el Congreso de la República –ocho firmas-, el primero de agosto de 2019, presentó solicitud respetuosa ante el Despacho del Ministro de Hacienda; Alberto Carrasquilla; radicado 1-2019-071070, para que Ibagué se incluya en las ZESE. Al final de la misiva solicitan audiencia. Pasados casi ocho meses de dicha diligencia, el silencio en ese despacho ha sido total, o no hemos sabido nada más, y tampoco si les fue concedida audiencia.
Por estos días el Senador Miguel Barreto, ante la no reacción o respuesta del Ministro Carrasquilla, en una actitud proactiva, radicó proyecto de ley en el Congreso de la República, donde solicita que el Tolima e Ibagué sean incluidas en las ZESE. Ahí va el asunto.
Llama la atención que el artículo 268 la antes mencionada ley, en su Parágrafo 5°. Reza: Extiéndanse los efectos del presente artículo a aquellas ciudades capitales cuyos índices de desempleo durante los cinco (5) últimos años anteriores a la expedición de la presente ley hayan sido superiores al 14%. ¿Para hacer efectiva la extensión de los efectos se requiere otro Decreto u otra Ley? Nadie discute que Ibagué obligatoriamente debe ser incluida para alcanzar estos beneficios tributarios.
Sobre el tema, sorprendieron las recientes declaraciones del gobernador Ricardo Orozco, quien encuentra mayores oportunidades para dinamizar el comercio, la industria y el agro en el Tolima, a través de otras opciones y deja ver las ZESE para él, no son nada diferente a repetir la experiencia de la inclusión de Ibagué en los beneficios de la ley 44, a la que calificó de ley golondrina, y que se dio a raíz de la tragedia de Armero, porque pasados 10 años de las exenciones tributarias, los comerciantes, empresarios e industriales que se acogieron a ella, sólo dejaron edificaciones en ruina y las consabidas consecuencias económicas para la ciudad. Importante recordar que para esa época hubo 834 nuevos registros de empresas en Ibagué, donde un 30% correspondía al sector industrial.
La desalentadora respuesta del Gobernador Orozco, vislumbra el distanciamiento político de la Casa de Oscar Barreto con el Senador Miguel Barreto. Que tristeza, semejante actitud, cuando trae a colación un episodio socio-económico de hace más de 30 años, y cierra la posibilidad de agotar todas las instancias, trámites y diligencias ante el alto gobierno para generar la dinámica de atraer inversionistas nacionales y extranjeros. Porque esta es una oportunidad que ni pintada, para agotar agenda conjunta.
El pulso por esta inclusión ya debería pasar a manos de Gobernador y Alcalde. ¿Predominan en el Tolima los intereses políticos sobre los derechos sociales y económicos de cerca de un millón quinientos mil ciudadanos? Cuatro años soportamos el espectáculo Oscar Barreto versus Guillermo Alfonso Jaramillo y entonces ahora será; Ricardo Orozco y Andrés F. Hurtado versus Miguel Barreto y sus seguidores. De no creer.
La inclusión de Ibagué, el debate y el análisis de su conveniencia han sido expuestas en Ecos del Combeima, que a decir verdad, sabe y le da un excelente manejo a los temas económicos de la región, lo que a veces no ocurre en otros medios que desde hace rato están ocupadísimos con las novelas en las que se han convertido la escogencia de Contralor y Personero municipal. Es una lástima que perdamos el foco de esa manera, mientras lo temas de real interés pasan de agache o simplemente se ignoran.
A propósito, en esta discusión Ibagué tiene un concejal estudioso y muy bien informado respecto de las cifras y las estadísticas de ciudad, William Flavio Rosas. Nuestro alcalde Andrés Fabián Hurtado, podría tener mayor acercamiento con él, para que antes de salir a los medios a entregar declaraciones con datos, valores y porcentajes, no pase por desinformado y mal asesorado.
Los Gremios económicos del Tolima, tienen papel protagónico en lograr esta inclusión, tal y como lo hicieron en 1987 con la Ley 44. Estamos demoraditos. ¿Qué nos pasa?