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Congreso analiza las lecciones que dejó la tragedia de Armero

Lo sucedido la noche del 13 de noviembre de 1985 enseñó la lección más dura sobre la negligencia. Cuatro décadas después, Colombia demuestra que el dolor puede transformarse en protección, construyendo un robusto escudo legal e institucional que obliga a las autoridades a anticiparse a la amenaza, con el Congreso, liderando el camino hacia una cultura de prevención.
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El Congreso asegura de que la memoria de Armero no solo sea recordada, sino una fuerza viva para el cambio.
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12 Nov 2025 - 6:11 COT por Alfonso Aya Roa

Un deslizamiento de lodo se tragó a Armero esa noche del 13 de noviembre de 1985, borrándolo del mapa y causando la muerte de más de 25 mil personas. Pero más que un desastre natural, fue el doloroso despertar de Colombia: la mayor tragedia de la historia reveló una cadena de advertencias desatendidas, incluso las voces silenciadas en el Congreso.

Ese horrible amanecer no solo dejó un sitio espantoso, sino el desafortunado legado de no tener ningún mecanismo para enfrentar el riesgo, obligando al país a imaginar un futuro diferente, uno que requeriría un cambio largamente esperado.

Esa catástrofe incesante demostró ser el punto de apoyo para las políticas de Colombia. La primera respuesta nacional del estado fue la Ley 46 de 1988 y su formalización un año después, con ella llegó la emisión del Sistema Nacional para la Prevención y Respuesta a Desastres.

El país sí tenía un marco institucional, comités de emergencia y protocolos de alerta, pero los pasos aún estaban en sus primeros días. La madurez de este proceso se consagró en la Ley 1523 de 2012, la política nacional para la gestión del riesgo de desastres y la UNGRD.

¿Qué está haciendo hoy el Congreso?

Catro décadas después, el Congreso de la República se asegura de que esta memoria de Armero no solo sea recordada, sino una fuerza viva para el cambio. La reciente Ley 2505 de 2025 es un acto de profundo respeto: declaró el antiguo territorio de Armero como Sitio de Patrimonio Cultural y el Nevado del Ruiz como patrimonio natural.

Pero no es un mero homenaje: fomenta la investigación y la educación en gestión del riesgo, y manda la creación de un Centro de Memoria Histórica para la formación, que enseña a las futuras generaciones que la prevención está viva.

Además, la Ley 2474 de 2025 enmendó la regulación de 2012 para considerar las vidas de los animales en los planes de evacuación y cuidado, sabiendo que también son parte de nuestras familias. 

El Proyecto de Ley 404 de 2025 también se está impulsando para establecer Fondos de Defensa Civil Territorial para permitir que los voluntarios en el terreno sean capacitados y preparados.

En el 40 aniversario, Armero es esa herida que sigue diciendo que la vida no es algo que se pueda improvisar. 

El legado de la tragedia mantiene la promesa de no repetir los errores del pasado, ha reformulado la memoria colectiva como una herramienta para fortalecer y reducir la vulnerabilidad de los territorios.

Colombia está honrando a sus muertos convirtiendo el duelo en leyes, prevención y resiliencia, para evitar que una tragedia de tal magnitud vuelva a tocar las puertas del país.