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Celebramos triunfos y recortamos sueños, panorama del deporte en el país

El deporte es motor de dinamización económica y social, impulsa el comercio, la industria y el turismo; fortalece la cultura y la educación; genera empleo e inclusión social; y mejora la calidad de vida de miles de colombianos.
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Alejandro Rozo
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21 Sep 2025 - 8:09 COT por Alejandro Rozo

Colombia ocupa el puesto 61 entre 96 países en el Informe Mundial de la Felicidad, con un puntaje de 6.004. Este ranking se construye a partir de un promedio trienal de la evaluación que hacen las personas sobre su propia calidad de vida. Para ello, los expertos analizan factores como el PIB per cápita, la esperanza de vida saludable, el apoyo social, la percepción de libertad, la generosidad y la corrupción percibida.

En un país donde los índices sociales enfrentan constantes desafíos, el deporte se convierte en un refugio de esperanza y calidad de vida. Para muchos colombianos, representa un proyecto de vida capaz de transformar realidades y abrir caminos para sacar adelante a sus familias. Para otros, el deporte es sinónimo de alegría colectiva, una pasión que se enciende con cada triunfo de nuestros atletas y que alcanza su máxima expresión cuando la selección Colombia entra en competencia y paraliza a toda la nación.

La historia deportiva del país está marcada por hazañas inolvidables. La medalla de oro de María Isabel Urrutia en halterofilia en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 abrió un camino de gloria que luego consolidaron figuras como Mariana Pajón, doble campeona olímpica en BMX; Caterine Ibargüen, reina del salto triple; y Óscar Figueroa, oro en halterofilia en Río 2016. Más recientemente, nuevas generaciones han brillado con nombres como Yeison López, Ángel Barajas y Anthony Zambrano, quienes continúan engrandeciendo el legado colombiano en distintos escenarios internacionales.
El Tolima también ha dejado huella en este panorama. La pugilista Ingrid Valencia, orgullo de las banderas vinotinto y oro, ha conquistado medallas en Juegos Nacionales, Bolivarianos, Suramericanos, Centroamericanos y del Caribe, además de obtener un histórico bronce en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Su trayectoria es reflejo del talento que surge en los territorios y que, con apoyo institucional, logra proyectarse al mundo.

Estos son solo algunos ejemplos de una larga lista de atletas que llenan de orgullo y esperanza al país. Colombia, a nivel mundial, se ha consolidado como una cantera inagotable de nuevos talentos, gracias a programas y proyectos que nacen en lo local y encuentran respaldo nacional, garantizando las condiciones para una participación óptima en los campeonatos internacionales de acuerdo con la agenda de las federaciones.

Este sector, lleno de sueños y oportunidades, atraviesa hoy una difícil situación debido a decisiones que carecen de explicación. Desde el Gobierno Nacional se ha venido reduciendo de manera drástica el presupuesto destinado al deporte; pasó de $1,3 billones en 2024 a $493 mil millones en 2025, y se proyecta que para 2026 caiga aún más, a $312 mil millones. Una cifra claramente insuficiente para responder a las múltiples necesidades que tiene el país en materia de infraestructura, formación, apoyo al talento y alto rendimiento.

Esta brusca disminución ha encendido las alarmas entre deportistas, federaciones y distintos sectores sociales, pues afecta de manera directa a un campo que no solo nos brinda alegrías a través de triunfos deportivos, sino que también transforma vidas y aporta al desarrollo integral del país. El deporte es motor de dinamización económica y social, impulsa el comercio, la industria y el turismo; fortalece la cultura y la educación; genera empleo e inclusión social; y mejora la calidad de vida de miles de colombianos.

Las voces de preocupación crecen en todo el país. Deportistas y ciudadanos han alzado su voz porque lo que está en juego no es solo el presupuesto de un ministerio, sino los sueños de miles de niños, niñas, jóvenes y atletas de alto rendimiento que hoy se ven amenazados por decisiones incoherentes de un gobierno que se autodenomina “social” y “potencia mundial de la vida”, pero que en la práctica muestra lo contrario.

No se trata únicamente de los recortes a los programas de alto rendimiento. También están en riesgo iniciativas fundamentales como los Juegos Intercolegiados, Hábitos y Estilos de Vida Saludable (HEVS), Primera Infancia, Nuevo Comienzo, entre otras, que llegan a todas las edades y territorios. Estos programas cumplen un papel vital, masifican el acceso al deporte, descentralizan las oportunidades y ofrecen a millones de colombianos un espacio para salir de la rutina, construir comunidad y encontrar en el deporte un refugio para su día a día.

Eso sí, cuando un atleta colombiano alcanza la gloria, el presidente no duda en llamarlo, agradecerle, invitarlo a la Casa de Nariño, posar en las fotos y recibirlo como héroe nacional. Y lo son, héroes del deporte que, con disciplina y sacrificio, conquistan triunfos a pesar de la falta de apoyo estatal. Héroes que brillan mientras un gobierno experto en despilfarrar recursos celebra victorias ajenas y, al mismo tiempo, recorta los sueños de quienes ven en el deporte una oportunidad de vida; “Más deporte, menos recorte”