"Somos el segundo productor de etanol y el cuarto de biodiesel en América Latina"

En el país, menos del uno por ciento del área potencialmente agrícola es utilizada para la siembra de caña de azúcar y palma de aceite para la producción de etanol y biodiesel respectivamente.
Adicionalmente, los productores de biocombustibles han decidido privilegiar el consumo interno de sus productos, por lo cual han optado por reducir sus volúmenes de exportaciones. Desde hace más de 10 años los productores de azúcar han venido utilizando el mismo número de hectáreas en sus cultivos. Por ejemplo, la producción actual de etanol se realiza con cultivos de caña sembrados antes del año 2000, cuyo producto, el azúcar, se destinaba para mercados de exportación. Colombia aún sigue siendo exportador neto de azúcar, lo cual garantiza suficiente abastecimiento para el mercado nacional y los productores del Sector Azucarero operan bajo el principio de priorizar las ventas internas de azúcar sobre las exportaciones.
“Desde hace aproximadamente 8 años, Colombia decidió apostarle a la producción de biocombustibles, hoy por hoy somos el segundo productor de etanol y el cuarto de biodiesel en América Latina con una producción anual de 360 millones de litros en etanol, y 556 millones de litros de biodiesel. Esto demuestra lo estratégica que es su producción para el país, y el potencial de crecimiento que tiene la industria en nuestro país y que no compromete la seguridad alimentaria. La producción de biocombustibles permite al país, reducir su dependencia y mantener las reservas de fuentes energéticas no renovables, como la gasolina u otros combustibles fósiles derivados del petróleo”. Asegura Jorge Bendeck, presidente de Fedebiocombustibles
En seguimiento a las declaraciones de Bendeck, fueron presentadas las conclusiones del estudio “Energía para el desarrollo sostenible”, de la FAO, financiado por la Cooperación Española, a través del Fondo Fiduciario España-FAO para Latinoamérica, el cual concluye para Colombia, que “En términos generales, hasta ahora no existe un conflicto entre el desarrollo de los biocombustibles y la seguridad alimentaria, pues para suplir la demanda interna de biocombustibles, solo se han sustituido exportaciones de aceite crudo de palma y azúcar crudo, para la fabricación de biodiesel y bioetanol, respectivamente.