El Cauca volvió a quedar bajo la lupa nacional tras el asesinato del teniente coronel Rafael Granados Rueda, oficial adscrito a la Brigada contra el Narcotráfico N.° 3, quien fue atacado a tiros cuando se desplazaba hacia su residencia en Popayán. El crimen ocurrió en la noche del miércoles y, según información preliminar, fue ejecutado por sicarios que le dispararon de manera directa e indiscriminada.

El oficial alcanzó a ser trasladado a un centro asistencial, pero murió a causa de la gravedad de las heridas, pese al esfuerzo del personal médico y de las unidades militares que atendieron la emergencia. El ataque es considerado por las autoridades como una agresión directa contra la Fuerza Pública y un golpe a la seguridad regional.

Tras el homicidio, el Ejército Nacional y la Policía activaron los protocolos de reacción inmediata, reforzaron los controles en corredores estratégicos y desplegaron equipos de búsqueda para ubicar a los responsables. Las autoridades no descartan que detrás del crimen haya estructuras vinculadas al narcotráfico que operan en el sur del país.

El presidente Gustavo Petro condenó el asesinato y aseguró que el caso no quedará en la impunidad. El Gobierno ofreció una recompensa de hasta 200 millones de pesos para quienes entreguen información que permita identificar y capturar a los autores materiales e intelectuales del ataque.

Entre tanto, se anunció acompañamiento integral a la familia del oficial y un incremento de las operaciones conjuntas entre Ejército, Policía y Fiscalía en zonas priorizadas del Cauca, mientras avanza la investigación para esclarecer los hechos y judicializar a los responsables.