Pasar al contenido principal
Econoticias y Eventos
Opinión
COMPARTIR
Se ha copiado el vínculo

No es política, es futuro: Ibagué entra al radar mundial con la economía circular

Tras la pre cumbre glocal en Bogotá, la capital tolimense será sede oficial en 2026. El reto ahora es pasar del discurso a la acción, con proyectos concretos que conecten sostenibilidad, productividad y reputación empresarial.
Imagen
Adriana Matallana
Crédito
Suministrada
Profile picture for user Adriana Matallana
9 Nov 2025 - 9:26 COT por Adriana Matallana

La reciente pre cumbre glocal de economía circular, realizada en Bogotá, reunió a más de doscientos representantes del sector empresarial, gubernamental, académico y de  cooperación internacional; para preparar la Cumbre Glocal de Economía Circular, que tendrá a Ibagué como sede oficial en el 2026. En este encuentro se presentó y firmó el Manifiesto Glocal, un documento que recoge compromisos concretos de territorios, ciudades intermedias y redes empresariales de América Latina. Dicho manifiesto será llevado a la COP 30 en Belém (Brasil) como símbolo de articulación entre lo local y lo global, y como prueba de que las regiones colombianas también tienen voz y propuestas frente a la transición sostenible.

Sin embargo, más allá del evento, este momento representa un llamado a la acción. La economía circular ya no es un tema conceptual ni un eslogan ambiental. Es una política pública de Estado, establecida en la Estrategia Nacional de Economía Circular (ENEC), que busca transformar los modelos de producción, consumo y gestión de recursos del país. Por eso, en este escenario no aplica el amor u odio político. No se trata de estar a favor o en contra de una administración, sino de entender que la circularidad es una oportunidad estratégica para las empresas, los emprendedores y los ciudadanos.

El Tolima y su capital tienen hoy la posibilidad de posicionarse como ejemplo nacional de innovación productiva sostenible. La circularidad ofrece ventajas reales: abre mercados, mejora reputación, reduce costos y permite acceder a financiación preferencial. Los bancos de desarrollo y las cadenas de valor internacionales ya están priorizando a las empresas que adoptan prácticas sostenibles y demuestran trazabilidad, bajas emisiones y aprovechamiento eficiente de materiales.

Para aprovechar este contexto, cada empresario y emprendedor puede comenzar desde ahora con acciones simples pero de alto impacto: realizar un diagnóstico rápido de cómo se usan y desechan materiales y energía; reducir mermas y rediseñar empaques; establecer alianzas locales para reutilizar residuos; y avanzar en certificaciones o sellos ambientales. Lo importante no es la magnitud del proyecto, sino la decisión de dar el primer paso.

Que hay que reconocer grandes esfuerzos de personas e instituciones; quizás hasta invisibles detrás de lo logrado hasta el momento, pero también considerar que Ibagué sea la ciudad anfitriona de un evento que dialoga con el mundo no debe verse como un logro político, sino como un motivo de orgullo colectivo. Una ciudad intermedia que logra poner su nombre en la conversación global demuestra que la sostenibilidad también se construye desde los territorios, con visión, talento y trabajo articulado.

El reto, entonces, es dejar de observar desde la crítica o la indiferencia, felicitación o apoyo y pasar a la acción. Si la pre cumbre encendió los reflectores, la verdadera transformación ocurrirá en los talleres, las fábricas, los emprendimientos y los hogares Ibaguereños y Tolimenses, que decidan sumarse a esta ola de cambio. La economía circular no es una moda ni una tendencia pasajera: es el camino inevitable hacia una nueva forma de producir y vivir.

A los emprendedores y a empresarios del Tolima, debería importarle por que quien se alinee primero, vende mejor y más caro, adicional; los bancos de desarrollo y cadenas de retail está premiando modelos circulares y en general la regulación y estándares están migrando de la motivación al requisito. Prepararse ahora abarata el cambio.

Hoy Ibagué le habla al mundo, y el mundo escucha. Que cada uno de nosotros, desde lo que hace, encuentre en esta conversación una oportunidad para innovar, cooperar y dejar huella. Porque cuando una ciudad intermedia se atreve a pensar en clave global, no solo cambia su economía: cambia su destino.

A empresarios, emprendedores y ciudadanía: no pierdan esta ola. El Manifiesto Glocal irá a COP30; eso nos abre puertas si llegamos con proyectos listos, alianzas firmado-en-mano y métricas que cualquier evaluador serio pueda verificar. Yo estoy convencida: Ibagué puede—y debe—competir en grande. Lo haremos si dejamos la pelea de trincheras para otro día y nos enfocamos en convertir circularidad en ventas, empleo y reputación.