El país se sacudió este sábado tras el atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay en Bogotá. El hecho ocurrió en inmediaciones de la carrera 80 con calle 23, cerca al barrio Modelia, mientras Uribe finalizaba un recorrido político. Según versiones preliminares, habría sido impactado por un proyectil en la cabeza o el cuello, y el presunto atacante, un menor de edad, fue capturado en flagrancia.

Enrique Peñalosa, exalcalde de Bogotá y figura cercana al senador, expresó para Ecos del Combeima su profunda preocupación no solo por el estado de salud de Uribe, sino también por el ambiente político y social que atraviesa el país.

“Yo no quiero asignar responsabilidades a nadie en particular, pero claramente hay un ambiente de odio. Hay un presidente que invita al odio y a actuar por fuera de las instituciones. Nunca habíamos tenido un mandatario que hablara con tanta rabia. Es aterrador”, declaró Peñalosa, refiriéndose sin mencionarlo directamente al presidente Gustavo Petro.

Peñalosa recordó con tristeza los años en que portar un chaleco antibalas era parte de la cotidianidad política: “Yo pensé que eso era cosa del pasado. En otras épocas yo salía a campaña con dos chalecos antibalas. Hoy, ver que un joven brillante como Miguel tiene que enfrentar esto, es devastador. Es exactamente el tipo de político que necesitamos: disciplinado, íntegro, honesto”.

El exmandatario advirtió que este tipo de ataques no solo atentan contra una persona, sino contra la democracia misma: “Puede haber fuerzas que estén interesadas en sabotear el proceso electoral, en hacer inviable la elección. Es urgente saber quién está detrás de esto”.

Desde el momento del ataque, el senador fue trasladado a la Fundación Santa Fe de Bogotá, donde ha permanecido bajo atención médica intensiva. Hasta la fecha, el centro médico ha emitido tres comunicados oficiales. El más reciente, divulgado a las 6:35 a.m. de este lunes, indica que Miguel Uribe continúa en estado crítico, con escasa respuesta a las intervenciones realizadas. Su situación reviste la máxima gravedad y su pronóstico sigue siendo reservado.

Mientras tanto, voces desde distintos sectores exigen una investigación a fondo y acciones contundentes para evitar que la violencia vuelva a tomarse la política en Colombia.