Con la complacencia del gobierno local, se eligió para presidir a los organismos de control a personas inelegibles, por recaer sobre ellas causales de inhabilidad electoral. Los distintos medios periodísticos señalaron oportunamente la existencia de las causas de inhabilidad al punto que, sobre el escritorio de los concejales electores, se exhibían los diarios que denunciaban el día de la elección la existencia de dichas inhabilidades, así puedo testimoniarlo por haber estado presente en la sesión.

Dos meses después, la justicia contencioso administrativa ha suspendido ya, de manera provisional las elecciones del Personero y el Contralor en su orden y está próxima a presentarse la demanda de la elección de la Secretaria del Cabildo, por haber eludido la exigencia constitucional de aplicar el principio del mérito.

Nos tiene el Concejo Municipal de Ibagué en el limbo institucional de carecer de Personero y Contralor en propiedad, mientras el dedo acusador de los cabildantes apunta hacia el suscrito como demandante, como si hubiera sido yo el que ha violado el régimen de inhabilidades e incompatibilidades y hubiera trasgredido la ley.

Se perfectamente que los procesos apenas empiezan y que en ellos habrá decisiones que me favorezcan y otras que me contraríen como ocurre en todos los trámites judiciales, pero tengo la convicción de que desde ahora hay muchos en Ibagué que han empezado a creer que nuestro concejo requiere un examen de contrición que los lleve a reflexionar sobre sus actuaciones y de pronto, porque no, a reorientarlas ahora si, en la dirección de la legalidad y del beneficio colectivo.

Para mayor información visita ==>> www.wilsonleal.com