El efecto Andorra

A esto podríamos llamarlo de manera deliberada el “Efecto Andorra”, verbi gracia la polémica de finales del año pasado por la cual la mayoría de influenciadores de redes sociales, en especial de YouTube en España -el segundo mercado más importante hispanoparlante en redes sociales después de México- decidieron por motivo de las alzas de impuestos realizadas por el gobierno socialista del país ibérico de trasladar su residencia y activos al Principado de Andorra, cuyo régimen tributario y financiero ha sido atractivo en el pasado para capitales de todo tipo -hasta 2018 por presiones de la Unión Europea y Estados Unidos eliminó el secreto bancario dejando al descubierto fortunas mal habidas de políticos corruptos y regímenes totalitarios como los de Venezuela, Cuba y algunos países africanos; además de presuntos testaferros de casos como Odebrecht y Panamá Papers-.
Andorra es un pequeño país de Europa, ubicado en la parte alta de los montes Pirineos entre España y Francia, con una población menor a los 80 mil habitantes -algo así como la mitad de la población de la localidad de Chapinero en Bogotá-.
Es el único país del mundo donde el catalán es el idioma oficial y que conserva la forma de coadministración civil y eclesiástica católica en su gobierno -sus jefes de Estado son el presidente de Francia y el obispo del municipio español de Urgel, y el jefe del gobierno es un primer ministro designado por el Parlamento-.
Hasta hace menos de tres años era considerado junto a Suiza, Luxemburgo, San Marino o el Principado de Mónaco un “paraíso fiscal”, es decir ese tipo de países que su principal y casi única fuente de ingresos es el turismo y comisiones por guardar en sus bancos de valores y fortunas por lo general producto de riqueza, por decirlo de alguna manera, de actividades poco convencionales.
A diferencia de Liechtenstein, un país de similares características de gobierno y tamaño no posee el desarrollo tecnológico de este y su economía se basa en el establecimiento de empresas y fortunas por los bajos impuestos, además del turismo para la práctica de deportes de invierno.
El idioma es un obstáculo significativo para que un extranjero adquiera un empleo calificado, dado que sin saber catalán no se puede ejercer, situación que cambia dado el alto flujo que traería la migración de los influencers que conllevaría al dinamismo a la economía digital desde la venta de infoproductos, torneos profesionales de deportes digitales, apuestas legales transnacionales, hasta la industria de los call centers pasando inclusive por la controversial industria del entretenimiento para adultos virtual y las webcamers -consecuencias de ser uno de los pocos países del mundo que tiene conexión a internet por fibra óptica en todo su territorio de excelente calidad además de tener el respaldo de la OCDE y la Unión Europea al no ser considerada un “paraíso fiscal”-.
Ahora la gran pregunta es: ¿Cuál será la Andorra de los emprendedores e influenciadores colombianos de aprobarse la reforma tributaria -la tercera en la era Duque y la quinta en cuatro años? ¿El estado de la Florida? ¿Panamá? ¿Ecuador? ¿La misma Andorra?... Utilizando un símil con la izquierda radical: ¿La fuga de cerebros, emprendedores y capitales no es desplazamiento forzado?...