Erika Palma lanza dardos a políticos escépticos del proyecto, mientras la Alcaldesa Aranda aplaude a Andrés Hurtado
Esta mañana, Ibagué celebró la inauguración del Acueducto Complementario, un proyecto que ha sido un sueño frustrado por casi tres décadas. La ceremonia contó con la presencia de líderes locales, trabajadores del IBAL y representantes de los sectores involucrados en la construcción de la obra. Sin embargo, la jornada no estuvo exenta de declaraciones tajantes. Erika Palma Huertas, gerente del IBAL, no se guardó nada y criticó duramente a aquellos políticos que, según ella, "saboteaban el progreso de la ciudad".
Palma Huertas expresó su satisfacción por ver culminado el proyecto, pero también recordó los obstáculos que enfrentó a lo largo de su gestión. "Sin darme cuenta, adopté un tercer hijo, pero este ya estaba grandecito", señaló, haciendo una analogía del acueducto como un "hijo rebelde" que pasó por muchas manos y gestiones fallidas. La gerente no escatimó en detallar cómo algunos de los anteriores responsables usaron el proyecto para fines políticos sin preocuparse realmente por su avance. "Algunos padres tenían buenas intenciones pero pésimos aliados", afirmó, aludiendo a los intentos fallidos por sacar adelante el acueducto en administraciones pasadas.
Además, Palma Huertas recordó cómo el proyecto había sido desestimado y llamado "elefante blanco" por muchos. Sin embargo, junto a su equipo, logró recuperar la confianza de los ibaguereños y superar las adversidades financieras, incluyendo la crisis generada por la pandemia. Según explicó, una parte fundamental del éxito fue el apoyo de aliados estratégicos como los trabajadores del IBAL, que aceptaron sacrificios salariales en pro de finalizar la obra. También mencionó los acuerdos con empresas privadas y organismos internacionales que hicieron posible la financiación.
"Hoy, después de 29 años de retórica y promesas incumplidas, esta obra es una realidad", sentenció Palma Huertas, visiblemente emocionada. "A mi querida Ibagué le puedo decir que esta magnífica obra de ingeniería pasará a la historia", agregó, dejando claro que el éxito del acueducto se debe al esfuerzo conjunto, pero también a la determinación de su equipo en IBAL.
Por su parte, la alcaldesa Johana Aranda ofreció un discurso cargado de agradecimiento hacia quienes hicieron posible la obra, con un especial reconocimiento al ex alcalde Andrés Hurtado. Aranda, quien no ocultó su admiración por el trabajo de su antecesor, lo calificó como un pilar clave en el avance del proyecto. "El mérito es para usted, Andrés, para su equipo, para el gobierno Ibagué Vibra", expresó la alcaldesa. Asimismo, hizo un llamado a los parlamentarios y líderes políticos para seguir apoyando el desarrollo de la ciudad.
"El agua ha sido siempre el símbolo más puro de la vida, siendo en nuestra ciudad una promesa de dignidad, de bienestar y de futuro", destacó Aranda. En su discurso, la alcaldesa hizo énfasis en cómo esta obra marca un antes y un después en la historia de la ciudad, y cómo será recordada por las futuras generaciones. También destacó la importancia de las alianzas con el sector privado y otros actores que hicieron posible la finalización del acueducto.
El proyecto, que incluye más de 42 kilómetros de tubería, tres tanques de almacenamiento y tecnología avanzada, fue considerado como una obra crucial para el desarrollo de la ciudad, especialmente para las comunas 12 y 13 de Ibagué. La alcaldesa Aranda dejó claro que, aunque esta gestión puso la última piedra, el sueño del segundo acueducto comenzó hace más de 29 años, cuando otros líderes lo imaginaron, pero no lograron concretarlo.
El evento cerró con un llamado de la alcaldesa a la unidad de los líderes políticos y la ciudadanía, subrayando que este tipo de logros solo son posibles cuando se trabaja en conjunto. "Hoy le entregamos a Ibagué el proyecto más importante de su historia, pero esto es solo el comienzo", afirmó.
Finalmente, tanto Palma Huertas como Aranda coincidieron en que este proyecto no solo representa una obra de infraestructura, sino un símbolo de esperanza y progreso para todos los ibaguereños.
