Desde la remota vereda San Isidro, en la Institución Educativa Antonio Nariño, la comunidad ha lanzado un llamado de auxilio a las autoridades locales y regionales. Osvaldo, quien es profesor de la Escuela San Isidro, se ha convertido en la voz de su comunidad, pidiendo ayuda urgente para reparar la carretera de la quebrada de Las Ánimas, que ha permanecido intransitable desde mayo pasado. "Hace casi cuatro meses que estamos sin carretera, y es un esfuerzo inmenso para todos nosotros. La situación se ha vuelto insostenible", expresó con preocupación.

La problemática comenzó cuando las lluvias torrenciales de la temporada anterior destruyeron gran parte de la vía que conecta San Isidro con el resto del municipio. En respuesta, las autoridades enviaron maquinaria para iniciar las reparaciones, pero la ayuda fue efímera. "Nos enviaron una máquina, pero los operarios no quisieron seguir trabajando y se la llevaron. Desde entonces, estamos completamente aislados", relató Osvaldo.

La falta de una carretera funcional ha obligado a los habitantes a realizar transbordos peligrosos y a atravesar zonas de alto riesgo para poder salir de la vereda. Esta situación no solo pone en peligro la integridad física de los residentes, sino que también afecta gravemente el acceso a servicios básicos como educación, salud y suministro de alimentos. "Hacer estos trayectos es un riesgo constante, especialmente para los más vulnerables, como los niños y los ancianos", señaló el profesor.

Con la temporada de verano en curso, la comunidad ve una oportunidad única para realizar las reparaciones necesarias antes de que las lluvias vuelvan a azotar la región. Sin embargo, la ausencia de maquinaria y personal capacitado ha dejado a San Isidro en una situación desesperada. "Necesitamos que la maquinaria regrese y que los operarios continúen con su trabajo. Este es el momento ideal para reparar la carretera, antes de que el invierno vuelva a cerrarnos el paso", insistió Osvaldo, haciendo un llamado directo a la Gobernación y la Alcaldía.

La comunidad de San Isidro espera que este llamado no caiga en “saco roto”. Han depositado su esperanza en que la difusión de su situación lleve a una pronta respuesta de las autoridades competentes, quienes pueden evitar que esta vereda quede aislada por completo una vez más. "Solo queremos que se nos escuche y se nos ayude a recuperar nuestra vía de acceso. No podemos esperar más", concluyó el profesor.