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Barreto y Hurtado pasarán

La ciudadanía quiere ver debates, ideas, proyectos, e incluso que existan diferencias, pero enmarcadas en el respeto, en la argumentación, en la construcción dialógica, pero sobre todo en el bienestar general del pueblo por encima de la defensa de un apellido o un movimiento político que finalmente no son, ni serán para siempre.
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Ecos del Combeima
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22 Mar 2025 - 22:02 COT por Juan Manuel Díaz Borja

Como si con la polarización a nivel país por cuenta de los simpatizantes y opositores del Petrismo no bastara, desafortunadamente en el Tolima, se ha venido generando un ambiente de rencilla entre quienes siguen el movimiento político del senador Óscar Barreto, y quienes han seguido la línea del exalcalde Andrés Hurtado luego de su divorcio político de quien lo llevó al poder. Es decir, una pelea de viejos conocidos.

Es cierto que las rivalidades entre casas políticas no son nuevas y menos los cuestionamientos hacía el Barretismo quienes llevan varios años en el poder regional. De hecho, el mismo Hurtado defendía a capa y espada a Barreto en su antigua pelea con el Jaramillismo, sin importarle haber sido militante en el partido de las toldas rojas. Lo que sí es nuevo es que pareciera que las agendas de la Gobernación del Tolima y de la Alcaldía de Ibagué estuvieran en un segundo plano, no por cuenta de la gobernadora y la alcaldesa quienes sí han sabido distanciarse de las mezquindades, sino de algunos de sus funcionarios, defensores y simpatizantes, quienes, en su afán de defender equivocadamente a los jefes políticos mencionados y a ellas mismas, o incluso a sus propios beneficios contractuales, han implantado una narrativa de la pelea y el ataque constante especialmente en las redes sociales.

Además de los vainazos y los ataques en los programas radiales y los portales web que por estos días abundan, el tono del debate incluso en la misma función pública como ocurrió recientemente con el secretario de agricultura y desarrollo rural de la Alcaldía de Ibagué y el secretario general de la Gobernación, le hacen mucho daño a la ciudadanía y a los intereses del pueblo, pero también a las gobernantes de turno que finalmente terminan siendo permeadas por cuenta de las malas pasiones de quienes las representan o las dicen defender.

Los ataques personales como parte de una agenda política digna de uno de los postulados de la propaganda Nazi de Goebbels o de un principio de Maquiavelo, no permiten que quien tiene el poder e incluso los mismos medios de comunicación se centren en las verdaderas necesidades del pueblo, pues la atención se fija principalmente en lo banal de una lucha personal o la defensa ante un ataque. En este caso, y ante las constantes publicaciones, montajes y “memes” de contratistas y copartidarios de ambos equipos políticos, las miradas se dirigen justamente a eso, a la pelea de egos de quienes se quedaron en el pasado, y redujeron las antiguas disputas de colores de partido a una pelea entre Barreto y Hurtado, muchas veces sin que los directos implicados sepan o estén de acuerdo con esas formas (o al menos eso quiero creer).

La ciudadanía quiere ver debates, ideas, proyectos, e incluso que existan diferencias, pero enmarcadas en el respeto, en la argumentación, en la construcción dialógica, pero sobre todo en el bienestar general del pueblo por encima de la defensa de un apellido o un movimiento político que finalmente no son, ni serán para siempre.

Ojalá que en la próxima campaña que pronto se avecina, escuchemos propuestas, temáticas, foros, y no acusaciones infundadas, demandas, chismes, calumnias, rumores e insultos de tinte personal, pues los gobernantes, los secretarios, los concejales, los diputados y los funcionarios públicos deben dar ejemplo de buen trato, pero sobre todo de transparencia y cuidado de los recursos públicos.